Capítulo 1
Se conocían desde su etapa universitaria, Carla era una chica más bien del montón pero si algo tenía a su favor eran unas buenas tetas, Juan era otro chico normal, sin nada que destacar a simple vista. Acabados sus estudios dejaron de tener contacto, Carla comenzó a trabajar para un banco español en una sucursal de Sídney y Juan en una empresa de energía verde en Barcelona.
Su reencuentro se produjo 10 años después en una cafetería de Barcelona. A ella las cosas no le iban bien, el banco había quebrado y 8 meses después seguía sin trabajo, sin embargo él había conseguido ser un alto ejecutivo en la empresa de renovables, eso sí, había pasado por una duro divorcio.
El encuentro fortuito acabó después de una hora de charla, hora que le sirvió a Juan para ir maquinando en su cabeza como ayudar a Carla al mismo tiempo que él salir beneficiado, sus tetas siempre le habían llamado la atención.
_ Lo siento Carla tengo una reunión en 5 minutos, pero si quieres quedamos esta noche para cenar en mi casa, creo que puedo ayudarte a salir del bache, te espero a las 20 h.
Como era de esperar Carla aceptó, no perdía nada por cenar con un antiguo compañero, además pensaba que Juan podía recomendarla para algún puesto vacante en su empresa.
Puntual como siempre había sido, Carla se presentó en el apartamento de Juan con uno de sus mejores y escotados vestidos en color negro que resaltaban su melena rubia oscuro.
Tan pronto llegaron al postre, Juan se puso serio y le dijo:
_ No quiero andarme con rodeos, como te he dicho mi divorcio me cambió la vida, desde entonces que practico el BDSM como Amo, sólo me interesa tener a las mujeres como sumisas y creo que ha llegado el momento de tener mi propia esclava, tú cumples físicamente con mis expectativas, obvio que deberías ser adiestrada para contentarme, pero eso no sería problema. Por lo que me has contado tu situación económica ha llegado a su límite, conmigo no te iba a faltar de nada, tan sólo deberías ser mi esclava 24/7.
A Carla se le abrieron los ojos como platos, no daba crédito a lo que estaba oyendo, ella siempre había sido una mujer muy independiente y sexualmente activa, pero ser esclava…
_ Tranquila Carla, no te asustes que no es mala proposición, acordaremos los límites que tú quieras. Vivirás en mi casa, te ocuparás de ella y de complacerme sexualmente cómo y cuándo yo quiera.
_ Es una oferta tentadora, pero no sé si estoy preparada para ser una esclava Juan, siempre me he sentido orgullosa de mí libertad, de no haberme casado…
_ No hace falta que estés preparada, lo primero será llevarte a un reconocimiento ginecológico y si todo es correcto tan sólo tendrás que ingresar un par de meses como mucho en el “Centro”, ahí es donde te enseñarán a ser una esclava, ya que yo no tengo tiempo para adiestrarte y prefiero que lo hagan profesionales, aún que primero deberás firmar un contrato conmigo en el que podrás indicar tus límites, los cuales respetaré.
_ Y si acepto, ¿cuándo será todo esto?
_ Mañana mismo puedo llevarte a la revisión con el ginecólogo, después redactaremos el contrato, el ingreso en el Centro dependerá de su carga de trabajo, pueden ser unos días o de inmediato. Ahora vete y piénsatelo, si aceptas llámame mañana por la mañana.
Carla salió del apartamento casi con lágrimas en los ojos, no entendía como podía haber caído tan bajo, pero sabía que o aceptaba la propuesta de Juan o su próximo empleo sería de cajera de supermercado.
Temprano a la mañana siguiente, Carla llamó a Juan.
_ Acepto, ¿qué quieres que haga?
_ Ven a mi casa a las 5 de la tarde sólo con un vestido, sin ropa interior.
Carla se presentó puntual a su cita muerta de vergüenza, creyendo que todo el mundo se había dado cuenta de su desnudez bajo el vestido.
_ Pasa Carla, veo que has cumplido con mí requisito. A partir de ahora deberás dirigirte a mí llamándome Amo. Si te parece te enseño mi casa, sobre todo la habitación de juegos, así te irás haciendo una idea.
_ Si, Amo
Era un apartamento pequeño, pero disponía de todo lo que Juan necesitaba, concepto abierto de cocina y salón, al ser el último piso tenía una bonita terraza con buenas vistas. La habitación principal tenía algo que llamó la curiosidad de Carla, pues en el suelo, en un lateral de la cama había una especie de cama como para un perro grande. La habitación de juegos muy bien equipada, picota, cruz de San Andrés, jaula, todo tipo de juguetes sexuales, paletas, látigos, fustas… y lo más normal del mundo, un sillón orejero con una mesita al lado frente a una gran pantalla de televisión.
_ ¿Alguna pregunta Carla?
_ ¿Tienes perro?
Juan con una pícara sonrisa le contesto, no, pero si todo va bien tendré perra, la cama que has visto será para ti, normalmente me gusta dormir solo en la cama, hago excepciones en contadas ocasiones, así que deberás ganarte poder dormir conmigo.
_ Ahora vamos al salón, te quitas el vestido y comprobamos que tal se te da chuparla, dispones de una hora antes de que te lleve a la revisión, durante este tiempo me la mamarás siguiendo mis ordenes, te avisaré cuando debas hacerme correr y por supuesto, tragarás toda la leche que te dé y después me agradecerás el regalo.
Carla se arrodillo frente a Juan sentado en el sofá y comenzó masajeándole la polla con las manos.
_ Así no, una perra sólo utiliza la boca.
Al mismo tiempo que oía la orden Carla recibió un azote en su nalga izquierda, debía tener la fusta escondida en el sofá, pues no la había visto. Se colocó a cuatro y metió la polla dentro de su boca, esta vez la estimulaba sólo con la lengua, pues aún no estaba dura, aún que no tardó demasiado en ocuparle toda la boca y chocar con su garganta.
_ Bien, ahora fóllamela con rapidez y tocando con tus labios mis huevos.
Juan aprovechó para fijarse en sus tetas, a pesar de sus 32 años seguían en su sitio, redondas y turgentes, balanceándose elegantemente, lo cual confirmó sus propósitos. Carla debía estar utilizando, por los pelos una copa C y el deseo de Juan era conseguir una copa D o mejor E, además quería que fuera capaz de lactar y disfrutar de unas enormes ubres.
_ Quédate quieta dejando mi polla en el fondo de tu garganta, me has puesto muy caliente y no quiero correrme todavía.
Carla siguió obedientemente las ordenes de su Amo, sorprendida no sólo de poder hacerlo, sino de disfrutar con ello, pues notaba su coño chorreando.
_ Bueno perra, ya puedes soltarte, hazme correr y trágate toda la leche.
No le costó nada a Carla comenzar a chupar como una loca y tragar hasta la última gota. Cuando acabó, limpió con suma delicadeza la polla de Juan con su lengua.
_ Gracias Amo por darme tu leche.
A Juan casi se le pone de nuevo dura, su esclava aprendía rápido y esto le hacía muy feliz.
_ No te muevas, ahora vuelvo.
Fue a la habitación de juegos en busca de un collar y una correa, se lo colocó a Carla y le indicó que no hacía falta que se vistiera.
_ Bajaremos al garaje por el montacargas, mi plaza está justo en frente, no te verá nadie.
Y era cierto, el otro piso del rellano era de una pareja alemana que venía en contadas ocasiones, además también eran miembros del mismo club BDSM de Juan, el Centro y el montacargas se usaba únicamente cuando alguien hacía una mudanza.
Carla no podía más que obedecer, pero estaba aterrada, que vergüenza si alguien la viera andando y atada como una perra completamente desnuda.
Al llegar al coche, un sub negro con cristales tintados, Juan le abrió el maletero y le ordenó que se acomodará en él.
Después de conducir como una hora y ya de noche el coche aparcó en un pequeño garaje de unas cuatro plazas, Carla pudo ver como una señora que debía ser la última paciente se subía a su coche y se marchaba, fue entonces cuando Juan bajó, abrió el maletero y dejó salir a Carla, de nuevo como una buena perrita fue conducida al interior de la consulta.
_ Ves cómo no te ha visto nadie, somos su última visita, lo tengo todo controlado, ahora espero que te portes bien, Ricardo es un buen amigo, también pasa consulta en el Centro y cuando ingreses él comprobará que recibes el tratamiento adecuado.
Capítulo 2
Una vez dentro, Ricardo y Juan se saludaron con un abrazo.
_ Hola Juan! Me alegro de que al fin hayas decidido optar por tener tu propia esclava y por lo que veo has escogido una buena perra.
_ Bueno… eso parece, pero todo depende de ti, ya sabes, tiene que superar tu revisión, ja, ja, ja.
_ Pues nada, vamos a comenzar. A ver perrita, sube a la camilla y coloca las piernas en las perneras.
Tan pronto se colocó, apareció una enfermera y ató sus piernas a las perneras, después levantó sus brazos por encima de la cabeza y colocándole unas esposas las ató por medio de una cadena a la parte trasera de la camilla.
_ ¿Doctor, quiere que la ate también con el cinturón abdominal?
_ Sí Clara, es su primera vez, así que mejor tenerla bien atada. Ya puedes irte a casa guapa, me ocupo yo solo de ella.
Ricardo se colocó los guantes y cogió el espéculo, lo introdujo en la vagina de Carla, lo abrió y observó su interior, se lo quitó, untó sus manos con lubricante y examinó a conciencia la vagina, luego estiró con fuerza sus labios haciendo que Carla se quejara de dolor.
_ Tienes buen ojo Juan, esta hembra ha sido muy poco utilizada y para nada maltratada. Ahora voy a comprobar su culito. ¿Carla, has sido penetrada por el culo con regularidad?
_ No doctor, lo intenté un par de veces, pero no me gustó el dolor que me provocaba.
Juan y Ricardo se miraron con una sonrisa y disfrutaron viendo la cara de preocupación de Carla.
Ricardo, cogió un poco más de lubricante y comenzó a introducirle los dedos en el culo, primero uno, luego intentó con dos y viendo la estrechez cogió el espéculo anal, se lo introdujo y lo abrió cuanto pudo sin causarle mucha incomodidad.
_ Venga Juan, dejémosla dilatando un rato y mientras nosotros nos tomamos algo.
Los dos hombres salieron de la consulta dejándola atada a la camilla y se fueron a una habitación contigua a tomarse un whisky y fumarse un cigarro.
_ Imagino que la vas a llevar al Centro un tiempo para que te la adiestren ¿no Juan?
_ Si, así me será mucho más fácil disfrutar después de ella, ahí la enseñaran a comportarse adecuadamente y a recibir sus primeros castigos, creo que eso les viene muy bien, así cuando llegan a casa son mucho más sumisas.
Ricardo, quiero que pongas especial atención en la revisión de sus tetas, me gustaría que fuera capaz de darme leche en abundancia, ¿crees que con eso podría conseguir que alcanzara una copa E? ya sabes que me encantan las esclavas con ubres, pero sin silicona.
_ Por supuesto, clínicamente es posible, pero ya sabes que requiere no sólo de medicación, sino también de mucha constancia, he tenido otros clientes que por no preocuparse a diario les ha durado poco su disfrute.
_ Si, sí, estoy dispuesto a vaciarla las veces que sean necesarias a diario con tal de poder disfrutar de semejante placer.
Los dos hombre volvieron a la consulta, Ricardo retiró el espéculo y comenzó el examen anal, está vez ya podía penetrar el culo con los cuatro dedos y moverlos con relativa facilidad, percatándose de que Carla comenzaba a gemir de placer.
_ Vaya! Veo que has cambiado la cara de susto por la de placer, por ser buena perrita te voy a hacer un regalo. Y le introdujo un tapón anal con cola de zorra.
_ Ahora voy a examinarte las tetas, a ver si las puedo convertir en ubres como desea tu Amo.
Se colocó detrás de la camilla y comenzó a masajear las tetas de Carla comprobando que además de ser bonitas y grandes también disponía de un buen par de pezones. Comenzó a estimularlos con sus dedos, retorciéndolos, estirándolos unos cuantos centímetros hacia el techo, disfrutando al ver que eran agradecidos y se ponían duros y erectos, alcanzando el tamaño de un buen garbanzo.
_ Deja de gemir perra! No creo que a tu Amo le gustara que te corrieras en mis manos.
Acto seguido y para bajarle la calentura, Ricardo comenzó a azotarle las tetas con las manos hasta conseguir que ambas parecieran dos tomates.
_ Bueno ya está, así que deja de lloriquear, ya hemos acabado el reconocimiento.
Ricardo la liberó de sus ataduras y cogiendo la correa que en ningún momento le fue retirada, la llevó como una perra hasta colocarla debajo de la mesa de escritorio.
_ Ahora, mientras comento con tu Amo tu estado clínico vas a chupármela, pues como puedes imaginar no trabajo gratis.
Ricardo se bajó los pantalones, se sentó, agarró la cabeza de Carla y la amorró a su polla, está claro que el doctor estaba acostumbrado a estas revisiones, pues prácticamente ni se le había puesto dura. De la silla sacó una cincha de cada lado y como cualquier cinturón las cerró por detrás de la nuca de Carla, dejando su cabeza prácticamente pegada a él.
_ Venga perra, comienza a chupar y a medida que se me vaya poniendo dura ve haciéndole espacio en tu garganta, así que ve pensando en respirar únicamente por la nariz.
_ Y bien Ricardo, cómo la ves?
_ Pues lo primero felicitarte por tu decisión de tener esclava propia, ya sabes que yo también me decidí hace cuatro años y no hay nada mejor, eso de tener que usar hembras del Centro no es nada cómodo.
En cuanto a su exploración el coño bien, su dilatación es la normal para un uso moderado, así que te sentirás cómodo follándotela.
Respecto a su culo… bueno, ya lo has visto, está sin usar, “Ahh! Mmmm! cómo chupa la muy perra y eso que ya apenas le cabe en la boca”. Pues eso, deberías avisar a su ingreso en el Centro para que la acostumbren a utilizar tapones no muy grandes, inferiores al tamaño de tu polla, para que vaya acostumbrándose a tener el culo lleno, pero “Ahhhh! que gusto”, que te dejen el placer de estrenarlo tú.
En cuanto a las tetas no te preocupes, ya has visto que lo aguantan todo. Te extenderé unas recetas, pastillas e inyecciones de hormonas, con eso conseguiremos engañar a su cuerpo para que parezca que ha parido y comience a producir leche, el tratamiento durará un par de meses, si bien desde el primer día va a requerir de una buena estimulación y succión, esto también debes “Ahhhh! Mmmmm! chúpamela con cuidado perra” avisarlo al Centro para que desde su ingreso se ocupen de estimularla cada cuatro horas. De todas formas ya sabes que yo me paso con frecuencia para comprobar que se aplican los tratamientos adecuadamente.
Me la traes de nuevo dentro de dos meses, para entonces ya debería estar comenzado a dar leche, le ajustaré la medicación y en un par de meses más la tendrás a pleno rendimiento y con un aumento significable del tamaño de sus tetas. De todas formas en cuanto consigamos que empiece a producir, ya sabes, ordeñada cada tres horas dejándola descansar seis por la noche, pero cuando llegue a ese punto ya te informaré de cómo hacerlo. “Vamos perra, fóllate mi polla con la boca y hazme correr! Ahhhhhhhhhh! Trágatela toda!!!”
_ Ricardo, creo que ya te has cobrado la visita, ja, ja, ja.
Y tú perra, limpia el suelo con la lengua, que lo has dejado perdido con tus fluidos vaginales.
Capítulo 3
Ya de noche, el camino de vuelta a casa lo realizó en la parte trasera del coche, Juan le pidió que subiera y bajara varias veces de los asientos traseros, siempre a cuatro como es lo normal en una perra, le resultaba divertido verla moverse con su cola de zorra.
Tan pronto llegaron a casa, Juan se la llevó al baño.
_ En cuanto acabe de mear quiero que me limpies el capullo con la boca y recuerda que deberás hacerlo siempre.
_ Si Amo, haré lo que tú me ordenes.
_ Cómo hoy no has tenido tiempo de cocinar, pon una pizza en el horno, después de cenar trabajaremos con el contrato.
Juan tenía un contrato de cuatro folios dividido en varios apartados, uno de ellos trataba de anillar a la esclava, torturarla con agujas… sólo con verlo por encima, sin leer los detalles, Carla le dijo que no, que a eso no estaba dispuesta.
_ Bien, no te preocupes, no todas las esclavas lo aceptan y tampoco es primordial para mí, marca una cruz en cada casilla y respetaré tu decisión.
_ ¿Puedo preguntarte unas dudas Amo?
_ Por supuesto Carla, tienes derecho a conocer todos los detalles de tu esclavitud, incluso si más adelante tienes dudas o queremos variar algo podemos hablarlo.
_ ¿Qué es el Centro?
_ El Centro es una antigua masía rodeada de un gran terreno totalmente vallado, tiene un único camino de acceso, esto garantiza la seguridad y privacidad del club. Las diversas estancias de la casa han sido rehabilitadas para prestar un buen servicio a los socios. A diario en el salón es donde están las que llamamos hembras esclavas, cuando un Amo quiere disfrutar de una sesión, escoge a una o varias y las sube a una de las habitaciones, esto tiene un coste adicional, la cuota del club incluye las fiestas y orgías que se realizan un fin de semana al mes.
Pero lo que a ti te interesa es el servicio de adiestramiento, las hembras descansáis en la antigua cuadra, cada una tiene un pequeño cubículo con un camastro, salvo que por castigo debáis permanecer en una jaula, por la noche quedan de servicio dos guardias, con el toque de diana sois levantadas y podéis pasar a las letrinas, después pasáis a la ducha, desayuno, gimnasia y después cada una recibe el adiestramiento que ha solicitado su Amo.
_ Parece muy duro Amo, no sé si podré soportarlo.
_ Sí que podrás y sigue escuchándome pues necesitas saber algo más. Los adiestradores no tienen la condición de Amos, Amos somos sólo los socios, ellos están por debajo de nuestro rango y nos deben obediencia, vosotras debéis dirigiros a ellos como Sr. o Sra. Y digo vosotras, pues en nuestro club sólo se admite la relación de Amo macho y esclava hembra.
_ Pero me dices que hay señoras adiestradoras.
_ Sí, son la excepción, ellas estan por debajo de los señores y durante el adiestramiento debes someterte también a ellas obligatoriamente. Una señora puede azotarte, penetrarte e incluso ordenarte darle placer, debéis acostumbraros a cualquier situación en vuestra fase de doma. No será de inmediato, pero en el futuro puede que me interese disfrutar de ti junto con otra hembra en una de las fiestas del club y debes saber cómo desenvolverte. Te recomiendo que no desmarques esta opción en el contrato.
_ ¿Y qué adiestramiento vas a solicitar para mí?
_ Pues uno que incluye un poco de todo, dependiendo de tu actitud puede durar entre un mes o dos. Consistirá en aprender a obedecer órdenes, acostumbrarte a ataduras, a recibir castigos, a mamarla como una profesional, te dilatarán el culo y te enseñarán a lamer coños.
Y como ya has oído en la consulta tengo especial interés en convertirte en vaca lechera, quiero aumentar el tamaño de tus tetas de tal forma que se consideren ubres y que consigas darme un litro de leche al día, así que en el Centro empezaras el tratamiento.
Mañana mismo llamaré para ver cuándo puedo llevarte.
Siguiendo con el contrato, ya has visto que es muy simple, en público serás respetuosa conmigo aún que podrás llamarme Juan y aparentar que somos una pareja normal. En privado seré tu Amo, me complacerás cuándo y cómo quiera, tendrás prohibidos los orgasmos durante largos periodos, debiendo correrte únicamente cuando yo te lo ordene. Podré castigarte únicamente por placer y por supuesto cuando deba corregirte. Dormirás en el colchón del suelo salvo que te premie. Te encargarás de la casa al igual que lo haría cualquier criada.
En cuanto a tus tetas, cuando yo esté trabajando deberás ocuparte tu misma de ellas, quizá no te has dado cuenta pero tengo cámaras repartidas por toda la casa así que en cualquier momento podré comprobar si obedeces mis ordenes.
Ah! se me olvidaba, durante tu estancia en el Centro te tomarán las medidas y te confeccionarán un cinturón de castidad personalizado, debo asegurarme que durante mis ausencias no te masturbas.
Si te ha quedado todo claro, firma el contrato.
_ Sí Amo, todo aclarado.
_ Bien, recoge la cena y nos acostamos.
Carla seguía desnuda, con el tapón con cola en el culo, el collar y la correa colgando, lavó los platos y le preguntó a Juan si podía ir al baño antes de acostarse.
_ Sí claro, vamos los dos al baño.
Juan la hizo sentar en la taza y le ordenó mear abriendo bien las piernas y la boca, colocado de pie frente a ella se meó sobre su coño y al acabar le introdujo la polla en la boca para que se la limpiara.
_ Sigue chupando hasta ponérmela dura.
Cuando tuvo la polla dura como una piedra se llevó a Carla a la habitación, la hizo apoyarse en la cama y la penetró por detrás, disfrutando de una larga y dura penetración en su cálido y muy húmedo coño al mismo tiempo que su vista se recreaba observando la colita de zorra que colgaba de su culo, hasta que descargó de nuevo toda la leche en su interior.
Carla tuvo que hacer un auténtico esfuerzo para no correrse y aun así recibió unos buenos azotes en el culo.
_ Qué se dice perra?
_ Gracias por darme tu leche Amo.
_ Así está mejor, no debes olvidarte nunca de mostrar tu agradecimiento.
Ahora ataré tu correa a la pata de la cama y te esposaré las manos para que no puedas masturbarte.
_ Amo, no me quitas el tapón del culo?
_ Ja, ja, ja, pues claro que no, ¿has visto alguna perra sin cola?
Era sábado, Juan no trabajaba por lo que despertó más tarde de lo habitual y observó a su perra aún dormida, Carla no había podido conciliar el sueño hasta bien entrada la madrugada, demasiadas emociones para un solo día.
_ Vamos perrita despierta, querías que te liberará el culo ¿no?
_ Buenos días Amo, sí, claro que sí!
Juan le retiró el tapón y dejo que fuera al baño, se duchara… él hizo lo mismo mientras Carla preparaba el desayuno.
Justo al acabar, Juan llamó al Centro, el ingreso podía realizarse mañana domingo a última hora.
_ Ven aquí perra, inclínate que voy a colocarte de nuevo tu colita.
Ha habido suerte, tu ingreso será mañana por la noche, espero que te portes bien y con un mes de adiestramiento sea suficiente, no me apetece estar más tiempo usando las hembras esclavas del Centro.
_ Sí Amo, lo tendré en cuenta.
Capítulo 4
El ingreso en el Centro fue duro para Carla, se enfrentaba a un mundo desconocido en el que la iban a adiestrar para ser buena esclava.
Juan aparcó en la parte trasera de la masía, se oía música y bullicio de gente, estaban celebrando una de sus orgías. Bajó a Carla del coche de la manera que ya era habitual para ella, andando a cuatro con su Amo sujetando la correa. Un hombre alto y fornido los recibió en la puerta, debía de ser un Señor.
_ Bienvenido Amo Juan, puede darme la correa que a partir de aquí ya me ocupo yo, cuidaremos bien de su hembra, disponemos de todas las especificaciones para su adiestramiento y se le irá informando puntualmente de su progreso, en un mes le entregaremos a su nueva esclava.
_ Hasta pronto Carla, pórtate bien.
La nueva hembra, pues hasta no acabar el adiestramiento no merecían llamarse esclavas, fue conducida al interior de la cuadra, una Señora le colocó un tapón en el culo, esta vez sin cola ya que era más práctico y tirando de su correa la condujo por un pasillo con apenas luz hasta llegar al cubículo 7, en voz baja, pues el resto de hembras ya estaban durmiendo le ordenó que se tumbara en el camastro, le quitó la correa del collar y le esposó las manos a una cadena que estaba enganchada a una argolla de la pared y la tapó con la manta.
_ Así si estás caliente no podrás masturbarte, pues como ves tus manos no llegan a tu coño. Ahora duerme, serás despertada a las 7 para iniciar tu adiestramiento.
_ Sí Señora, gracias.
Puntual a las 7 de la mañana sonó una horrible trompeta y se encendieron las luces. Dos Señoras fueron pasando por los cubículos liberando a las hembras y llevándolas a la zona de ducha, un Señor esperaba a que saliera Carla y la hizo colocar al final de la cola.
_ Soy el Señor Paco, para ti Señor a secas, seré tu tutor hasta que acabes el adiestramiento, si no eres obediente tengo derecho a castigarte duramente y a retrasar tu alta del Centro.
Una de las Señoras procederá a ducharte y asearte, esto incluye una lavativa, aquí sólo queremos a hembras bien limpias.
Después iniciarás tu tratamiento hormonal, se me ha comunicado que debes tomar dos pastillas por la mañana, dos por la noche, una inyección en cada teta por la mañana y estimulación oral cada tres horas. Nos vas a dar mucho trabajo, espero que nos recompenses por ello, ja, ja, ja.
Durante la mañana vendrán a tomarte las medidas para el cinturón de castidad, estará disponible mañana, por lo que esta noche deberás dormir de nuevo encadenada.
¿Entendido?
_ Si Señor Paco.
Carla recibió un buen bofetón en su cara.
_ ¿Cómo te he dicho que debes llamarme perra?
_ Sí Señor, perdón Señor.
Carla quedó la última de la fila para la ducha, mientras observó como las dos Señoras sostenían cada una manguera con cierta presión y rociaban con ellas a cada hembra, para finalizar las hacían poner a cuatro y se acercaban para que el chorro fuera directamente a su culo y coño, alguna de las chicas llegaba a gritar del dolor que les producía.
Cuando llegó su turno, fue distinto, sólo quedaba una Señora que la amarró a la pared con una cadena unida a su collar y a cuatro comenzó a introducirle el enema, al ser el primero se realizaba con agua jabonosa.
_ Te voy a introducir 2 litros, cuando hayan entrado te pondré un tapón y deberás retenerlos durante al menos 30 minutos, mientras realizaré el primer lavado de tu cuerpo. No quiero oírte, si te quejas te pondré un tapabocas, así que tu misma.
El agua jabonosa entraba a buen ritmo al cuerpo de Carla, estaba claro que no querían perder el tiempo, una vez introducido todo el líquido selló su culo con el tapón anal y comenzó a regar su cuerpo con la manguera, el agua era templada, por lo que Carla se sintió aliviada en ese aspecto. Después la Señora cogió algo parecido a una esponja, pero mucho más áspero y comenzó a enjabonar su cuerpo, con especial atención a sus tetas y coño.
Carla comenzó a tener retortijones, tan sólo llevaba unos minutos con su vientre lleno y su incomodidad iba en aumento, por lo que comenzó sollozar llegando a solicitar que la dejara evacuar.
_ Sí que aguantas poco perra, te voy a colocar el bozal de bola o me será imposible depilarte el coño con tanta queja.
Acercó una banqueta y tumbando a Carla sobre ella comenzó a rasurarla mientras se reía con su abultado vientre.
_ Mírala, parece que está embarazada de cinco meses. Ponte de nuevo a cuatro perra quejica, voy a aclararte.
El Señor miraba la escena desde cierta distancia, en cuanto la Señora quitó a Carla todo el jabón se acercó y la hizo subir a la banqueta, pero esta vez a cuatro y cogiendo él un pequeño taburete se sentó frente a ella. Paco ya trabajaba en la masía antes de que se convirtiera en el Centro, cuando todavía había ganado y se cultivaba la tierra, así que tenía larga experiencia ordeñando a vacas y cabras.
_ El Amo Juan desea que esta perra le de leche, por lo que cada mañana hay que inyectarle hormonas en las tetas. Junto con el desayuno y la cena debe tomar unas pastillas, de ello os vais a encargar las Señoras, además necesita estimulación mamaria cada 3 horas durante una media hora, os propongo que nos repartamos el trabajo, yo me ocupo de inyectarle las hormonas y de la estimulación de la mañana y de la noche, vosotras del resto del día, ok?
La Señora aceptó en nombre de todas, no podía ser de otra manera, el Señor estaba por encima de ellas y mientras Carla seguía quejándose, los retortijones iban en aumento y creía que el tapón del culo saldría disparado en cualquier momento.
_ Mejor que te estes quieta perra, debo inyectarte las hormonas despacio.
El Señor introdujo la aguja en su pecho derecho y comenzó a inyectar con lentitud el contenido de la jeringuilla, conforme entraba el líquido Carla notaba un escozor muy desagradable, después le tocó al otro pecho y acto seguido el Señor comenzó a masajear ambas tetas con gran cuidado, como si quisiera que el líquido se repartiera en cada teta de forma homogénea y así estuvo unos minutos.
_ Bien, creo que el masaje ya ha sido suficiente, ahora comenzaré a estimulártelas, ya verás como notas la diferencia, me he propuesto que aún que estés un solo mes ingresada salgas de aquí con los pezones goteando, así que prepárate.
Carla no supo lo que significaban sus palabras hasta que comenzó con el nuevo masaje pues ya no era tal, ahora la estaba ordeñando, con sus manos le cogía ambas tetas por encima de la aureola y estiraba hacia abajo, acabando tirando de sus pezones, se le notaba experiencia y destreza en estos menesteres y así intercalando una y otra teta estuvo la media hora reglamentaria, dejando a Carla con las tetas doloridas y ansiosa por poder expulsar el edema.
_ Anda, sígueme a la letrina para que puedas evacuar.
La Señora cogió la cadena y la hizo andar hasta la letrina, no era lo que esperaba, había que colocarse en cuclillas, colocando los pies sobre unas plataformas algo más altas y evacuar encima de una especie de plato de ducha inclinado y pequeño, sin embargo eso no le preocupó a Carla, pues lo único que quería era poder expulsar el líquido jabonoso de su cuerpo.
El Señor no se fue, quería comprobar de primera mano la limpieza, lo que incomodaba a Carla, nunca había tenido público para hacer sus necesidades, pero tan pronto le fue retirado el tapón comenzó a evacuar y a tambalearse, parecía que estaba a punto de desmayarse, así que tanto el Señor como la Señora la sujetaron por las axilas.
_ Venga perra que no te vas a caer, suelta toda la suciedad que llevas dentro. Dijo la Señora.
_ Bien, avisa a cocina para que le den dieta blanda durante unos día, mañana necesitará otra limpieza y después ya veremos. Dijo el Señor.
_ Sí Señor, una semana de calditos y fluidos creo que será la dieta más adecuada para limpiar a esta perra ¿quieres comenzar ya con el desayuno?
_ Sí, será lo mejor. Límpiale el culo con la manguera y ve a por un tapón de 3 x 8 el de 3x5 lo usaremos sólo para dormir y trae una botella de agua para ti.
El Señor se sentó para estar más cómodo y se bajó los pantalones.
_ Vamos perra, pon tus manos en la espalda y comienza a chupar si quieres desayunar.
Carla se metió la polla en la boca y comenzó a chupar, habrían pasado ya unos minutos y por mucho que se esforzaba la polla no se ponía dura, tuvo la tentación de cogerla con las manos, sabía que eso le ayudaría a levantársela, pero el Señor se lo inpidió.
_ Ni se te ocurra utilizar las manos, las comodidades se te han acabado, tu Amo te ha traído para que hagamos de ti una buena esclava, por eso te vamos a enseñar a ser obediente pero también te convertiremos en una máquina de placer. Sigue chupando.
Llegó la Señora con el tapón, le pidió que apoyara sus manos en el suelo mientras se lo introducía, cosa que hizo recreándose, se lo metía unos centímetros y se lo sacaba una y otra vez, hasta que el Señor viendo el placer que sentía Carla le llamó la atención.
_ Venga, deja de jugar y comienza a beber agua que deben de estar a punto de venir a tomarle las medidas para el cinturón de castidad.
La excitación de Carla también había excitado a Paco, la polla ya estaba en su tamaño máximo y no era precisamente pequeña.
_ Vamos hembra, que te pasa, ahora te sobra polla? chúpamela tres veces seguidas y después trágala por completo y cuenta hasta cinco antes de chupar de nuevo.
_ Y tú Señora, masajea mis huevos para que se vaya calentado la leche de esta perra.
Realmente Paco era un hueso duro de pelar, tuvo a Carla más de veinte minutos realizando el ejercicio, ella ya estaba agotada y la Señora ya se había bebido casi la botella de agua entera.
_ Estate quieta y traga, traga toda la leche perra, ahí va tu desayuno!
Paco descargó una increíble cantidad de espesa leche, hasta el punto que necesitó tragar varias veces, lo que todavía no sabía Carla es que todos los Señores del Centro tomaban un suplemento que potenciaba su semen haciendo que expulsaran una gran cantidad de leche muy espesa y también les retardaba la eyaculación, lo que les permitía someter durante más tiempo a las hembras.
_ Túmbate boca arriba zorra y abre bien la boca, te voy a ayudar a tragar la leche, rápido, que me estoy meando.
La Señora se puso en cuclillas sobre la cara de Carla y comenzó a mearse en su boca, consiguiendo parar la meada con frecuencia para darle tiempo a tragar.
_ Muy bien perra, te has tragado toda la meada. Vete acostumbrando pues durante toda la semana vas a tener una dieta especial basada principalmente en líquidos. Ahora deja que te tomen las medidas para el cinturón.
Capítulo 5
Eran sus primeras horas en el Centro y Carla no paraba de hacerse preguntas, si había hecho bien aceptando ser la esclava de Juan, si valía la pena pasar por esas humillaciones, ella que había sido siempre independiente, que se consideraba feminista, cómo había acabado envuelta en esta situación, por otro lado nunca había estado tan caliente como estos últimos tres días y lo peor, se encontraba cómoda sintiéndose excitada permanentemente.
Después de tomarle las medidas fue acompañada al exterior, ahí ya estaban el resto de hembras que recibían adiestramiento, contó que en total eran diez, la estaban esperando para comenzar a hacer ejercicios de estiramiento, después las pusieron a hacer 5 km a marcha rápida y para acabar 2 km andando.
Por fin tenían unos minutos de alivio, les permitían estar media hora al sol y les dejaban hablar discretamente entre ellas.
Carla observó cómo había mujeres de todas las edades y de todas las tallas, a algunas les había costado un horror realizar los ejercicios y estaban exhaustas, todas ellas con cinturón de castidad.
Se acercó a entablar conversación con dos de ellas, la avisaron de que tuviera cuidado, ella había entrado al darle el alta a una hembra que la habían tenido tres meses ingresada, era un poco rebelde y se ganó la antipatía de varios Señores y Señoras por lo que recibió los castigos más duros y no se le permitió su salida hasta que la tuvieron completamente domada, la sometieron hasta el punto en que era ella misma quien les suplicaba ser castigada y humillada, desde luego su Amo habrá quedado satisfecho con el trabajo realizado por el Centro.
Nosotras ya llevamos unas semanas ingresadas, pero tú que eres la nueva probablemente esta noche recibas la visita de los vigilantes.
_ Qué queréis decir?
Por la noche hay dos vigilantes en nuestra zona de descanso, normalmente un Señor y una Señora, aún que a veces son dos Señores, deben pasar la noche en vela y para no aburrirse cuando ya todas estamos dormidas sacan a una de su cubículo y se la llevan a su zona, según ellos es necesario para mantenerse despiertos y alertas por si ocurre algo. Te recomendamos que seas complaciente con ellos si no quieres ganarte su enemistad. Cuidado! Se acerca una Señora.
_ Vamos perra, ya es hora de que recibas otra media hora de estimulación mamaria.
_ Sí Señora.
Se la llevó a un salón del interior y le esposó las manos por detrás de la nuca a su collar, comenzó a masajearle las tetas y a jugar con sus pezones.
_ La verdad es que tienes un buen par de tetas, no me extraña que tu amo quiera convertirlas en ubres lechosas.
Voy a tumbarme en el sofá y tú desde atrás dejarás caer tus tetas por encima de mi cabeza, el Señor Paco dice que es importante mantener a la hembra en posición de ordeño, que así comenzarás a producir pronto y te aseguro que de eso entiende.
_ Sí Señora.
Esta vez sus tetas no fueron exprimidas, la Señora estuvo succionando con avidez sus pezones con la boca, empujando su espalda contra ella para conseguir tragarse hasta la aureola, Carla no pudo evitar comenzar a gemir de placer mientras la Señora era implacable con sus tetas, su coño estaba chorreando de nuevo.
_ Tienes los pezones muy sensibles verdad?
_ Sí Señora, siempre he sentido mucho placer cuando mis parejas han jugado con ellos.
_ Pues vas a tener un buen problema, tenemos orden de evitar que te corras al menos durante los 15 primeros días de tu estancia. Te voy a aplicar un tratamiento que impedirá que sientas placer durante un par de días, así podremos estimularte tranquilamente.
Ambas mujeres estaban de pie, una frente a la otra, Carla todavía con las manos en la nuca cuando uno de los Señores les dijo que si ya habían acabado debía llevarla a la cocina a trabajar.
_ Déjamela veinte minutos más, esta hembra se derrite cada vez que se le tocan los pezones y quiero darle un tratamiento anti placer.
La Señora cogió los pezones entre sus dedos y comenzó a apretarlos, retorcerlos y estirarlos sin parar, Carla no tardó en comenzar a sentir dolor y cuanto más se revolvía intentando soltar sus pezones de esas garras, más apretaba la Señora.
_ Ves como ya no te da placer, aguanta un poco más, cuando acabe con el tratamiento tus pezones parecerán un par de canicas y cada vez que los toquemos sentirás tanto dolor que no habrá espacio para el placer.
En cuanto acabó, Carla con lágrimas en los ojos le dio las gracias a la Señora y fue conducida a la cocina. Todas las hembras debían colaborar en el mantenimiento del Centro, algunas eran destinadas a la oficina, otras a tareas de limpieza y cocina, como su Amo quería que se ocupara de la casa había pedido este destino para ella.
En la cocina había dos Señoras y con ella tres hembras a las que dejaban colocarse un mandil pues iban completamente desnudas, las Señoras llevaban todas el mismo atuendo de cuero pero con el delantal por encima, aún que no sabía muy bien porqué, ya que todo el trabajo lo realizaban las hembras. Cuando Carla se colocó el delantal no pudo evitar lanzar un gemido, el roce de la tela sobre sus pezones le generaba dolor.
_ Venga! date prisa en pelar y cortar estas patatas, vuestra comida debe estar lista a las 12.
Uno de los puntos fuertes del Centro era su organización, las hembras y hembras esclavas eran las primeras en comer, además las hembras comían en la propia cocina. Los Señores y Señoras lo hacían en un comedor aparte una hora y media más tarde, así podían estar acompañados de las hembras mientras comían y los Amos que deseaban quedarse a
comer o cenar disponían de un elegante comedor al que también accedían las hembras esclava para seguir prestando sus servicios.
En esta cocina se preparaban las comidas para las diez hembras en adiestramiento con un menú específico para ellas y también los doce o quince menús algo más sabrosos de las hembras esclavas que había a diario trabajando en el club, las que los socios usaban previo pago.
La comida para Amos, Señores y Señoras era preparada en otra cocina por cocineros profesionales.
Carla se dio cuenta que todas las Señoras vestían un traje de cuero y eran mujeres altas, fuertes y por supuesto muy dominantes, capaces de infringir cualquier castigo a las hembras, pero muy obedientes y respetuosas con los Señores los cuales disfrutaban de todos los beneficios, comenzando por ir vestidos de sport, vaqueros y camiseta con una llave colgando de una de sus presillas del pantalón, la llave que abría y cerraba todos los cinturones de castidad.
_ Tú eres la de la dieta blanda verdad? Esta es tu comida, un caldito con un poco de pasta. No tardes en tomártelo, antes de ir a nuestro comedor necesitas una nueva estimulación mamaria.
Nooo, pensó Carla, sus pezones le dolían sólo con mirarlos.
Tan pronto acabó el tazón de sopa se la llevó la misma Señora que la había avisado de su nueva tortura, esta vez la hizo entrar en una habitación anexa a la cocina con paredes alicatada, una estructura de metal en el centro y algunos aparatos sobre una encimera.
La hizo inclinar sobre una barra de metal y le esposó las muñecas a otra, le colocó una mordaza de pene y cogió de la encimera algo similar a un pequeño compresor al que conectó un par de tubos unidos a unos tubos con pezoneras.
_ Tranquila, no te va a dar placer, te estoy colocando un sistema de ordeño de cabras para que succione tus doloridos pezones, a la vez que me ocuparé de tu trasero, vas a ser la más solicitada en la comida del personal.
Enchufó la máquina y comenzó a succionar sus pezones de manera alterna, primero uno y luego el otro a ritmo constante, Carla sintió dolor desde la primera succión pero sus primeros quejidos quedaron casi silenciados con el pene de goma que tenía en la boca hasta que recibió los primeros azotes en el culo, parecían de una pala, eran contundentes y sonoros, ahora la mordaza ya no era capaz de ahogar sus gritos.
_ Sí cariño, desahógate cuanto necesites gritando. Como ves aquí no perdemos el tiempo, es tu primera mañana y ya te hemos destrozado los pezones y ahora te dejaré el culo igual de dolorido, si vieras que rojo se está poniendo, ja, ja, ja.
La Señora decidió darle unos minutos de alivio y dejó de azotarla, cogió el tapón que llevaba en el culo y comenzó a sacárselo y metérselo varias veces, notando como los quejidos se convertían en gemidos.
_ Pero que perra que eres, te está dando placer de nuevo.
Así que dejó de follarle el culo y retomó los azotes hasta que la ordeñadora se paró.
_ Vamos, te acompaño al comedor del personal.
Capítulo 6
El comedor del personal estaba habilitado para las comidas de los Señores y las Señoras, era una larga mesa de cristal, todos estaban sentados sin pantalones con las piernas abiertas, el Señor Paco estaba sentado en un extremo. Debajo de la mesa se colocaban las hembras, las cuales debían chupar polla o lamer coño durante unos instantes y cuando recibían una patada en el culo significaba que debían cambiar de comensal y así iban dando la vuelta a la mesa para que todos tuvieran una agradable y variada comida.
_ Mirad que culito más bonito os traigo!
_ Engánchale una correa al collar, que esta me la quedo yo. Te han dejado un bonito culo, te escuece? Le preguntó el Señor Paco.
_ Sí Señor, mucho.
_ Eso es bueno, así seguro que me la chupas con ganas, pues sino te lo voy a azotar de nuevo. Enganchó la correa con la pata de su silla y le ordenó que comenzara.
Era la única polla que Carla había probado en el Centro y ya sabía lo difícil que era de contentar, como no llevaba las manos atadas comenzó masajeando su polla.
_ Las manos en el suelo! Las tengas atadas o no, salvo que un Señor te pida un masaje sólo puedes utilizar la boca.
_ Sí Señor, lo siento.
Carla se pasó toda la comida chupándosela al Señor Paco, la verdad es que con poco éxito, no se la había puesto muy dura y temía por las consecuencias.
Acabada la comida pasaban al salón, las hembras se tumbaban boca arriba abriendo la boca para recibir las meadas de quienes tuvieran necesidad. Había 6 Señores y 6 Señoras para 10 hembras.
El Señor Paco cogió a una Señora y le dijo, tú ven conmigo. Apartaron un poco a Carla del resto y primero ella y después él se mearon en su boca, consiguiendo tragarlo todo pues estaba sobre una alfombra y no quería ser castigada por mancharla.
Paco se llevó a las dos mujeres a un sillón un poco más retirado y ordenó a Carla que se la chupara de nuevo mientras la Señora le azotaba su dolorido culo con un látigo.
_ Vamos perra, hasta que no me la pongas dura seguirás recibiendo azotes.
Carla no sabía cómo hacerlo, al fin y al cabo no hacía ni seis horas que se había tragado su leche, tanta potencia tenía este hombre?
_ Es hora de intercambiar nuestro puestos. Dijo el Señor Paco.
La Señora se sentó en el sillón, abrió sus piernas y cogiendo la cabeza de Carla la amorró a su coño.
_ Ahora te toca lamer perra, sabrás hacerlo?
Nunca había probado el sabor de un coño, ni tan sólo se lo había planteado, pero ahora era Paco quien manejaba el látigo y la azotaba con más fuerza, notaba como su culo ya escocido previamente la hacía sufrir cada vez más, así que se armó de valor y comenzó a lamer, chupar clítoris y tragar los jugos que iban saliendo del coño de la Señora, la estaba haciendo disfrutar, pues sus gemidos iban en aumento, se sorprendió de sí misma, no le estaba dando asco lamer el coño de una mujer, incluso llegó a pensar que era más fácil que chupar una polla.
_ Más rápido perra, hazme correr ya!
Al oír esta orden, Paco comenzó a azotarla con más rapidez hasta que notó los espasmos de su compañera.
_ Chúpamela de nuevo, fóllamela con tu boca, quiero notar tus labios chocando contra mis huevos. Le ordenó el Señor Paco.
Carla iba perdiendo fuerza le dolía la mandíbula y cada vez que bajaba el ritmo Paco azotaba su culo repetidas veces hasta que conseguía retomarlo.
_ Recuerdas el ejercicio de esta mañana? Vas a repetirlo, pero te cambiaré un poco los tiempos. Chúpamela cinco veces seguidas y mantenla durante diez segundo totalmente dentro de la boca, ve repitiendo el ejercicio hasta que te de una nueva orden.
Paco disfrutaba con las dificultades que tenía Carla para chupársela y mucho más con las arcadas que sentía al mantenerla totalmente dentro de la boca y es que su polla medía unos 18 cm de largo y 5 de grosor, tamaño muy parecido al de la polla de Juan y motivo por el que Paco era su tutor.
_ Ahora dedícate a lamerme el capullo, juega con él utilizando tu lengua, hazlo lentamente, cuando quiera que aumentes el ritmo te azotaré.
Paco era insaciable, su polla permanecía como el mástil de una bandera mientras Carla ya estaba exhausta.
_ Adelante, chúpamela a placer y recibirás tu premio.
Cuando Paco eyaculó, Carla se sintió por fin aliviada y tragó con satisfacción la gran cantidad de esperma que salió de esa polla.
_ Gracias Señor por regalarme tu leche.
_ Y más que lo agradecerás perra, seguro que no tardas en suplicarnos leche, prácticamente tu sustento alimentario será éste durante una semana.
_ Ahora voy a enseñarte a recibir la meada de un macho como una esclava. Arrodíllate y abre bien tus piernas, ahora deja descansar tu culo sobre tus talones, pon tus manos con las palmas hacia arriba sobre tus muslos, saca tus tetas hacia adelante y tus hombros hacia atrás, levanta tu mentón y baja tu mirada.
_ Abre la boca y ve tragando, que tienes para rato.
Paco debía llevar un buen rato sin mear pues Carla tragó por lo menos medio litro de orina.
_ Así me gusta perra, que no desperdicies ni una gota, los calditos calientes siempre vienen bien. Ahora límpiame el capullo, recuerda que tanto si es una polla como un coño siempre debes acabar limpiándolo.
_ Sí Señor, gracias de nuevo Señor.
La Señora que le había dado el tratamiento anti placer en los pezones la cogió por el collar y se la llevó al sofá, en el que de nuevo se tumbó dejándola a ella por detrás del reposabrazos.
_ Vamos a ver si mi tratamiento ha sido efectivo, inclínate y ofréceme tus tetas.
Comenzó estimulándole los pezones para comprobar su estado y Carla comenzó a quejarse como no podía ser de otra forma, los tenía realmente doloridos pero la Señora disfrutaba retorciéndolos y apretándolos entre sus dedos.
_ Debes aprender a sufrir sin quejarte, ningún Amo aguanta a una esclava que haga tanto ruido y hoy te vamos a enseñar a bajar el volumen.
_ Hay alguien libre para coger un látigo o una paleta?
_ Sí compañera, a mí me apetece poner este culo más rojo todavía. Dijo cogiendo una paleta otra de las Señoras.
Carla siguió recibiendo unos minutos su tortura de pezones, en cuanto le salía un quejido más alto que otro recibía unos cuantos azotes y después ya no sabía si gritar a pulmón abierto o morderse la lengua, pues su culo estaba igual de dolorido que sus pezones.
Cuando la Señora comenzó a mamar no mejoró mucho su suplicio, ejercía mucha presión al succionar, al mismo tiempo que con las manos estrujaba sus tetas provocando que Carla levantara la voz y esto provocaba que la otra Señora la azotara más y más.
_ A partir de ahora seremos dos para estimularte las mamas, hasta que aprendas a sufrir en silencio.
_ Sí Señora, le agradezco el interés con el que me adiestra.
Después de cenar, Carla de nuevo un caldo con pasta, las llevaron de nuevo al salón en el que a diario se visualizaba lo que llamaban un documental, que no era más que una película BDSM.
Los Señores y Señoras se acomodaban en los sillones y las hembras descansaban sobre la gran alfombra a cuatro de frente a la pantalla, debían estar atentas visualizando el instructivo documental, el hecho de estar a cuatro no era baladí pues la mayoría de ellas tenía prohibido correrse y por ende masturbarse y en esta posición era imposible.
Pasados los primeros minutos las Señoras comenzaron a colocarse un arnés, percatándose Carla que el pene que se introducían era pequeño, como de 10 cm, sin embargo el otro pene tenía unas dimensiones considerables.
Las hembras se mostraban impacientes, el simple gesto de liberarlas del cinturón ya las ponía calientes, pues sabían que iban a ser penetradas y que su cuerpo recibiría una alegría a pesar de no poder disfrutar de un orgasmo.
Un Señor comenzó a colocar en la lengua de cada hembra una especie de pinza, se trataba de un par de bastoncitos de madera sujetos por cada lateral en el que les hacían introducir la lengua en medio, esto las obligaba a ir con la lengua fuera babeando como Buldogs y además de impedirles expresarse correctamente, sus gemidos se asemejaban más a los de los animales que a los de las personas.
Cada Señora comenzó a penetrar a una hembra y como había seis Señoras para diez hembras a cuatro de ellas se las colocó a chupar la polla de los Señores.
A Carla le tocó ser penetrada por una Señora, su coño estaba húmedo y receptivo, así que no tuvo ningún problema en recibir el gran consolador, pero recibió un claro mensaje.
_ Recuerda perra que no puedes correrte, si eso ocurriera serás castigada duramente y tu estancia se alargaría, recuerdo que una hembra se convirtió en el papel higiénico de todos nosotros durante una semana, te imaginas?
A Carla le bajó la calentura de golpe.
_ Bien, pues vamos allá, tu obligación es hacerme disfrutar hasta correrme, pero como ya has visto, el pene que hay dentro de mi coño es mucho más pequeño que el que te he metido a ti, así que deberé follarte largo y tendido con toda mi fuerza para conseguirlo.
_ Sí Señora. Dijo Carla, de manera casi incomprensible por la pinza de la lengua.
La Señora se esforzaba para que su pequeño consolador le diera placer a costa de propinar a Carla fuertes penetraciones y movimientos bruscos que si bien apenas notaba la Señora a Carla la hacían gruñir de placer estando a punto de llegar al orgasmo en varias ocasiones.
Las otras Señoras habían acabado intercambiando sus hembras con los Señores montando una especie de orgía.
Cuando el documental llegaba a su fin, la Señora estalló en un orgasmo. Dándose cuenta Carla que el resto de Señores y Señoras ya lo habían conseguido, excepto Paco, que se estaba masturbando viendo la escena de Carla y su Señora.
_ Bien perra, ahora ve a satisfacer al Señor Paco.
Carla no podía creerlo, acaso querían que se corriera para poder castigarla y retrasar su alta?
_ Siéntate en el sillón perra!
El Señor Paco le dio unos azotes con la mano en el coño para que perdiera algo de temperatura y acto seguido levantó sus piernas con las manos, y abriéndolas todo lo que pudo la penetró y comenzó a follarla con fuerza, mientras ella seguía babeando y gimiendo hasta que Paco descargó de nuevo su semen, pero esta vez dentro de ella.
_ Hora de dormir zorras, id pasando por la letrina que os colocaremos de nuevo el cinturón de castidad y pasaréis a vuestros cubículos. Dijo una de las Señoras. Carla todavía no disponía de su cinturón, así que sería de nuevo encadenada a la pared.
Mientras encerraban a las hembras el Señor Paco estuvo hablando con la Señora Leti, la misma que había aplicado el tratamiento anti placer a Carla.
_ Leti, creo que debemos aprovechar todo el potencial de esta hembra, es más perra de lo que parece y el Amo Juan se merece que la adiestremos lo mejor posible. Veo necesario elevar nuestras exigencias y si no aguanta retrasaremos su salida, pero tengo el pálpito que es capaz de aguantar lo que le echemos.
_ Llevas razón Paco, tenemos la oportunidad de convertirla en la esclava perfecta, avisaré a las compañeras para que sean extremadamente duras con ella, que te parece si le realizamos la estimulación mamaria cada vez a máquina, lo aguantarán sus pezones?
_ Creo que sí, vamos a probar esta primera semana a ver que tal responde.
Tres horas llevaba durmiendo Carla cuando el Señor Paco entró en su cubículo, la desencadenó y medio dormida le ordenó que se colocara en la posición básica que le había enseñado.
_ Llevas una dieta muy estricta y necesitas líquidos con frecuencia, así que abre la boca para recibir mi meada.
Carla seguía medio dormida se arrodillo y poco más, por lo que recibió un tremendo bofetón que la hizo despertar de golpe y colocarse como le había enseñado.
_ Vamos, sigue tragando perra, necesitas hidratarte bien.
Carla tragó hasta la última gota y limpió la polla con esmero.
_ Gracias Señor.
_ Ponte a cuatro que debo ordeñarte, es muy importante que de madrugada también seas estimulada, acelera la producción de leche y más haciéndolo como yo lo hago. Sabes que antes había trabajado en esta masía ordeñando cabras y vacas? Por eso se me da tan bien, al fin y al cabo todas las hembras sois iguales.
Al acabar la encadenó de nuevo y durmió hasta que sonó el horrible toque de trompeta que anunciaba un nuevo y duro día.
Capítulo 7
Dos Señoras iban retirando los cinturones y tapones anales para que las hembras evacuaran antes de recibir su ducha.
_ Tú espera aquí, debo llevarte a la sala blanca.
Cogió una correa, se la enganchó al collar y se llevó a Carla a la sala contigua a la cocina donde el día anterior la habían ordeñado con máquina, esa era la sala blanca, donde ya le estaba esperando otra Señora con una bolsa grande llena de líquido que colgaba de uno de esos aparatos donde se cuelga el suero.
_ Sube a la camilla colocándote a cuatro.
_ Señora, puedo orinar antes?
_ No perra, hoy es tu segundo día y ya no hay trato de favor, cuanto más incómoda estés más disfrutaremos de nuestro trabajo. Y recuerda, las esclavas deben sufrir en silencio.
Le sacaron el tapón y le colocaron un pequeño pene en el que se introducía la cánula para administrarle la lavativa, hoy era sólo de agua templada pero la bolsa contenía 3 l.
El líquido iba entrando sin pausa y a buen ritmo mientras ambas Señoras le manoseaban las tetas y bromeaban sobre el tamaño que debían alcanzar para satisfacer al Amo Juan.
_ Y tus pezones perra, te siguen dando gusto o debemos darles un repaso?
Carla ya notaba mal estar en su vientre, habría entrado algo más de un litro de líquido cuando comenzaron a cebarse torturando sus pezones, cada Señora se ocupaba de uno, por lo que cuando el derecho giraba a la izquierda el izquierdo era estirado y por mucho que intentaba aguantar en silencio no podía, comenzó a quejarse, a suplicar que la dejaran evacuar, sentía fuertes retortijones.
_ Sufre perra, aún queda más de un litro para entrar.
_ Habrá que colocarle de nuevo el bozal de pene para no oírla, aún falta que la ordeñemos.
_ Me vais a dejar evacuar antes no?
_ Pues claro que no.
En estas que se presentó el Señor Paco con dos jeringuillas el doble de grandes que el día anterior.
_ Sí, sí, lo estás viendo bien perra, ayer te puse media dosis por si sufrías efectos indeseables, pero como has tolerado bien la medicación a partir de hoy, dosis completa.
_ Ahora sí que vas a sufrir, la ordeñadora está en succión máxima y tus retortijones aumentarán, debes aguantar los 30 minutos prescritos de ordeño reteniendo el enema. Le dijo una de las Señoras.
Tan pronto se acabó el líquido retiraron la cánula.
_ A ver cómo tienes el vientre? Dijo una de las Señoras palpándolo y apretándolo para aumentar su desesperación.
Carla estaba fatal, creía que iba a desmayarse de un momento a otro, no paraba de aullar y sollozar, a los fuertes retortijones se unía el dolor de sus pezones pues la máquina tenía un gran poder de succión y por si fuera poco, sus quejas molestaban a pesar de llevar el bozal, por lo que una de las Señoras comenzó a azotarle el culo y la otra tiraba hacia arriba de los tubos de la ordeñadora provocando un va i ben incesante en sus tetas.
_ Como sigas quejándote te dejaremos 15 minutos más sin evacuar.
Por fin la ordeñadora se paró, ayudaron a bajar de la camilla a Carla y la llevaron casi en volandas a la letrina.
_ Ya puedes evacuar perra, espero que hayas hecho limpieza o mañana deberemos repetir el enema.
_ Qué te parece compañera?
_ Por mí bien, el agua sale bastante clara, que siga con la dieta blanda seis días más y pase a una lavativa semanal como las otras hembras.
_ Qué tapón le toca hoy?
_ El de 10 x 3,5 cm, pero mejor se lo ponemos después del cinturón de castidad para comprobar que funciona bien, ahora aviso para que lo traigan.
El cinturón que se encargó para Carla debía impedir la masturbación y la penetración vaginal permitiendo la penetración anal.
El herrero le colocó el cinturón que le quedaba impecable y funcional como se le había encargado.
_ Dónde prefieres darle el desayuno Manolo, en tu taller o en el salón?
_ En mi taller estoy más cómodo, además podré probar alguno de mis nuevos inventos.
_ Tranquilo, llévatela y cuando acabes ya nos la devolverás. Recuerda que debe tomar muchos líquidos.
Manolo se llevó a la hembra andando como una perra a su taller, cuando llegaron a Carla no se le ocurrió otra cosa que ser amable y dirigiéndose a él como Señor le agradeció el cinturón.
_ Yo no soy Señor y no permito que las hembras me dirijan la palabra, nunca me ha gustado hablar con los animales, limítate a cumplir mis ordenes.
_ Colócate pare recibir mi meada, te advierto que es la primera del día, me he estado reservando para este momento.
Carla lo pasó muy mal, realmente la meada de Manolo fue asquerosa pero hizo de tripas corazón, se la tragó entera y se la limpió.
_ Ponte de pie, quiero probar unas esposas que he diseñado para tetas.
Manolo al colocarlas se dio cuenta que casi se había quedado corto, debía fabricar otras de mayor tamaño, pero por ahora le valían a Carla.
Eran mucho más prácticas que utilizar cuerdas, rápidas de colocar, ajustables, cierre con llave y la unión entre una y otra se podía ajustar al gusto de cada Amo, quedando las tetas más o menos juntas.
_ Arrodíllate y comienza a chupar, de ti depende que desayunes más pronto o más tarde.
Obviamente Carla comenzaba a sentir hambre, dos tazones de sopa y alguna corrida no llenaban el estómago, así que comenzó a chupar algo desesperada para conseguir un poco de leche y no tardó mucho en tomarla.
_ Límpiamela bien, debes aprovechar todo el alimento que puedas. Si quieres que te quite las esposas de las tetas debes volver por la tarde. Ahora vámonos que te dejo en la cocina.
Al menos por hoy se había librado de hacer ejercicio. Mientras ayudaba a preparar la comida entró una hembra-esclava, la cual a simple vista se le veían gotas de leche en sus tetas.
Había llovido la noche anterior y el camino de tierra que daba acceso al Centro estaba en mal estado, lo que impedía la llegada de Amos, por lo que necesitaba vaciar sus tetas de leche con urgencia.
_ Tenéis a una hembra a dieta verdad, me la prestáis?
No era lo habitual pero la excepcionalidad del caso lo justificaba.
_ Sí, anda llévate a esta perra para que te vacíe las tetas antes que te revienten.
Se llevó a Carla al salón y la tuvo mamando más de veinte minutos de cada teta, realmente tenía acumulada mucha leche y el favor fue mutuo, pues ambas se sintieron aliviadas.
El resto del día fue igual que el anterior, un caldo para comer, satisfacer a Señores y Señoras y por la tarde noche pidió permiso al Señor Paco para que el herrero le quitara las esposas de las tetas.
_ Te acompaño.
Paco pidió al herrero que la liberara después de que le realizara otra mamada a condición de que le entregara las esposas con su llave, el invento le había gustado.
Cuando las hembras fueron encerradas en sus cubículos para dormir la Señora no se olvidó de darle a Carla una última meada para que estuviera bien hidratada por la noche.
Mientras se dormía, Carla hacía resumen del día, había sido duro, pero esta noche no dormía encadenada, al día siguiente no tenía lavativa y gracias a la leche ofrecida por la hembra-esclava no había pasado mucha hambre.
Capítulo 8
Carla pasó el resto de su primera semana sin cambios significativos, a excepción de que como esperaban el hambre había hecho mella en ella y se ofrecía a todos los Señores para chupársela y obtener algo de leche, eso la había convertido en una experta mamadora y todos quedaban contentos con sus servicios.
Sus tetas todavía no daban leche, sin embargo su tamaño ya había aumentado lo suficiente como para que las esposas del herrero no pudieran cerrarse.
_ Manolo, ya has fabricado unas esposas más grandes? A la perra tetona se le han quedado pequeñas.
_ Claro que sí Paco, tráemela y probaremos las nuevas.
Carla fue conducida al taller del herrero, el cual percibió a primera vista el aumento de sus tetas.
_ Paco, sus tetas deben seguir aumentado?
_ Sí Manolo, su Amo desea que gane dos copas, en pocos días habremos conseguido que alcance la copa D y debemos proseguir hasta llegar a la E, además estamos pendientes de que empiece a producir leche, por lo que es posible que lleguemos a una copa F.
_ Bien, pues voy a probarle estas y os fabricaré unas todavía más grandes.
Manolo le colocó las esposas y dio la llave a Paco.
_ Uff! Que bien se ven, así tan redondas y juntas, no quiero ni imaginar cómo se verán cuando empiecen a gotear. Ahora si no te importa déjame un momento a solas con ella para que pueda agradecerme el trabajo.
_ Por supuesto, toda tuya, te lo mereces.
Manolo cogió unas pinzas de las cuales colgaban pesas de 100 gr. y se las colocó, Carla aulló como una perra herida, era lo único que les faltaba a sus pezones ya de por sí bastante doloridos, Manolo la hizo arrodillarse y le metió la polla en la boca.
_ Debo confesar que sabía que vendrías, así que me he tomado una pastillita azul, a mi edad es de gran ayuda, mi mayor problema no es que se me levante, sino la duración y con ella consigo aguantar lo que no está escrito, así que ponte cómoda que vas a estar chupando mucho rato.
No la engaño, Carla estuvo chupando polla durante cerca de una hora, estaba agotada, ningún hombre aguantaba tanto con la polla en su boca y menos en la última semana.
Conseguida la leche fue acompañada de nuevo con el Señor Paco, de sus pezones seguían colgando las pesas y este decidió llevarla a trabajar a la cocina con ellas puestas.
Realizando los trabajos habituales en la cocina no podía evitar emitir algún quejido, las pesas se balanceaban y sus pezones lo notaban, así que las Señoras cocineras decidieron colocarle el bozal de pene para que no les molestara.
_ Ten mucho cuidado de no babear sobre la comida perra, hablaré con tu tutor para que de una vez por todas consiga que dejes de ser tan quejica.
Después de la comida en que Carla por fin pudo comer como las demás hembras fue ordeñada con la máquina y llevada al comedor del personal para chupársela al Señor Paco como siempre, sin embargo tan pronto acabó la comida en lugar de ser conducida al salón con las demás Paco se la llevó a una habitación aparte, no sin antes avisar a Leti de que en una hora se reuniera con ellos.
Al entrar en la habitación vio a Ricardo, el ginecólogo había venido a comprobar los progresos de Carla.
_ Quítale las esposas y las pinzas por favor Paco, necesito reconocerla.
Comenzó a manosear sus mamas, estirar de los pezones al frente, hacia arriba, hacia abajo.
_ Observo que le habéis castigado bien los pezones, estan duros e inflamados pero lo está llevando muy bien. Todavía no habrás empezado a notar tensión mamaria verdad perra?
_ Sí doctor, desde ayer noto ciertas molestias.
_ Eso es muy bueno, significa que el tratamiento comienza a dar resultados incluso antes de lo esperado, además también has comenzado a ganar algo de volumen. Quítale el cinturón y el tapón del culo, voy a explorar sus partes bajas y hablamos Paco.
_ Ricardo alejó un podo a Paco y comenzó a informarle. Todo correcto, el tamaño del tapón lo podéis aumentar hasta 12 x 3,5 no más y de noche utilizad el pequeño, si te fijas al quitárselo ya comienza a quedarle el ojete abierto y el Amo Juan desea notar estrechez cuando la penetre. Imagino que no ha tenido ningún orgasmo desde que está aquí, lo lleva bien?
_ Pues sí, va caliente pero lo aguanta, sin embargo es muy quejica cuando siente algo de dolor, ahora quería darle una buena lección para que aprenda a soportarlo sin tener que amordazarla.
_ Bien, no hay problema. En cuanto a sus tetas, ya que responde muy bien quiero que le inyectes la medicación mañana y noche, los ordeños que sólo sean realizados por ti o con máquina y con una duración de 40 minutos, vamos a probar si conseguimos que para la semana que viene comience a gotear.
_ Sin problema Ricardo. De momento ya la hemos enseñado a chuparla, está semana la enseñaremos a follar, si quieres el lunes que viene podrás probarla.
_ Perfecto Paco, tomo nota.
Cuando se fue Ricardo lo primero que hizo Paco fue ordenarle que se colocara en la posición básica para recibir su meada, aún que ya comas con normalidad necesitas estar bien hidratada, le dijo.
La colocó sobre una mesa y comenzó a ordeñarla como sólo él sabía hacerlo.
_ Mientras te ordeño te voy a indicar en qué serás adiestrada esta semana. Lo primero es que tus ordeños van a ser de 40 minutos, serás ordeñada únicamente a máquina o por mí, te inyectaré medicación mañana y noche, el doctor considera que podemos acelerar tu proceso. Sé por experiencias anteriores que esto aumentará notablemente tu tensión mamaria, notarás la necesidad de tocártelas constantemente, querrás que te las chupen… lo tienes completamente prohibido, cada vez que te sientas incómoda le pedirás a una Señora que te conecte a la ordeñadora durante 15 minutos, esto te aliviará y puedes solicitarlo tantas veces como necesites.
Esta semana la dedicaremos a enseñarte a follar, serás penetrada tanto por Señores como por Señoras a todas horas, si bien no es necesario que te recuerde que no puedes correrte, cometerías un gran error.
Y en cuanto acabe de ordeñarte, entre Leti y yo vamos a enseñarte cómo aguantar castigos sin tener que amordazarte, en repetidas ocasiones se te ha dicho que una esclava no debe ser escandalosa, que debe sufrir en silencio, así que hoy recibirás tu primera lección y espero que no haya que darte muchas más, de acuerdo?
_ Sí Señor, te agradezco que me enseñes.
Justo acabar la charla llegó Leti.
_ Comienza a azotarla por favor, me quedan 20 minutos de estimulación y después me uno a ti.
Leti estuvo azotándola con su mano los veinte minutos restantes, dejando el culo de Carla de un rojo intenso, de sus ojos brotaron lágrimas y de su boca algún que otro quejido que no podía evitar.
Le quitaron el cinturón, la ataron con los brazos en alto a una cadena que colgaba del techo y las piernas bien abiertas con un separador.
_ Voy a castigarte las tetas y el coño, por cada sonido que emitas más alto que un susurro, la Señora Leti te dará tres azotes en el culo con el látigo de 9 colas, lo has entendido perra?
_ Sí Señor.
Paco comenzó azotándole el coño con la mano, estaba chorreando, así que lo mejor era bajarle la calentura de inmediato. La mano palmeaba su coño bien expuesto cada vez con más fuerza y Carla no pudo evitar comenzar a soltar algún aullido, provocando que Leti la azotara 3 veces por cada uno de ellos. Lejos de enfriarse Paco notaba como su mano iba quedando cada vez más mojada, así que decidió palmear sus tetas.
Carla estaba recibiendo una auténtica paliza, sus tetas eran azotadas en toda su extensión y por momentos incluso con ambas manos, aguantaba todo lo que podía pero se la seguía oyendo demasiado alto y Leti prácticamente la azotaba constantemente, tenía tetas y culo igual de rojos, lo que provocó que los Señores pararan y disfrutaran de las vistas.
_ Leti, crees que vamos a conseguir que esta perra sea más silenciosa?
_ Estas niñas pijas son muy delicadas, pero si la acostumbramos a recibir castigos acabará gustándole y gimiendo de placer. Tú tienes otros asuntos que atender ahora verdad?
_ Cierto, quieres quedarte un rato más con ella?
_ Sí, le colocaré unas cuantas pesas y la follaré hasta que me haga correr.
Antes de soltarla Leti le colocó de nuevo las esposas bien apretadas en las tetas, se veían preciosas, como dos globos rojos, después cogió dos pinzas más y se las colocó en los labios vaginales, la hizo gritar de nuevo, pero a Leti ya no le importaba, cogió dos pesas de 200 gr. cada una y se las colgó aumentado sus quejas.
_ Saca la lengua cuanto puedas, voy a colocarte una pinza ya que no eres capaz de dejar de aullar.
_ Saca más la lengua perra, la pinza debe ir más atrás, pues quiero que primero me comas el coño y necesito un buen trozo de lengua fuera.
Leti la liberó y le esposó las manos a la espalda uniéndolas con una cuerda al collar y la dejó inclinada sobre una estrecha mesa, lo que hacía que sus tetas colgaran por un lado y por el otro colgaban las pesas de su coño.
La Señora se sentó sobre una especie de columpio y apoyando sus pies sobre la mesa, le ofreció su coño bien abierto para que Carla se lo lamiera, algo que no le fue fácil llevando la pinza en la lengua.
_ Teniendo en cuenta tus limitaciones no ha estado mal. Ahora voy a aplicar un lubricante especial en tu parte del arnés, que ya sabes que es la polla más grande, primero notarás calor y pasados unos minutos tus entrañas comenzarán a escocerte, el efecto dura 48 horas y sólo lo notarás cuando seas penetrada o por fricción en la zona externa, es el tratamiento habitual para evitar que sientas placer, pues ya sabes que ahora vamos a enseñarte a follar.
_ Sí Señora, gracias Señora. Balbuceó Carla.
La Señora Leti la penetró con uno de sus arnés más grandes 22 x 5 con grandes testículos y comenzó a follarla con lentitud, aun así en cada penetración se la metía por completo en el coño, debía asegurarse de que el lubricante se impregnara hasta lo más profundo y que los huevos que también llevaban el líquido rozara sobre su clítoris. La penetraba con fuerza y disfrutaba viendo en el espejo de la pared cómo las pesas se balanceaban aumentando su tortura.
_ Avísame cuando comience a escocerte perra.
_ Sí Señora.
Pasados 5 minutos Carla comenzó a notar el escozor.
_ Ahora Señora.
La Señora sabía que ahora ya podía darle caña, nadie era capaz de correrse sintiendo el escozor que provocaba el lubricante, sin penetración era prácticamente inperceptible, pero con la fricción de la penetración se convertía en insoportable. Este tratamiento se aplicaba bajo demanda del Amo y para el resto de hembras no se había solicitado.
Leti comenzó a follar a Carla de manera despiadada cogiéndola por la cuerda que unía su collar con las esposas de las manos para ejercer más fuerza, observando el rápido va y ben de las pesas que provocada constantes gemidos en la hembra, pero debía hacerlo si quería tener un orgasmo, pues su pene era tan pequeño que debía hacerlo rotar y moverse constantemente en su vagina para obtener placer.
_ Vamos perra sufre, que tu dolor es mi placer!!!
Cuando la Señora se corrió Carla estaba exhausta y muy dolorida.
_ Creo que necesitas algo de hidratación, colócate y abre la boca.
A Carla ya no le importaba tragar meadas, se había acostumbrado y agradecía que sus Señores la obsequiaran con sus fluidos.
_ Vamos a buscar al Señor Paco para que te cierre el cinturón y decida si te ordeña él o te enchufo a la ordeñadora.
_ Conéctala tú a la ordeñadora, como ves estoy ocupado con estas dos hembras, antes de acostarla ya me ocuparé de ella.
La Señora Leti la conecto a la máquina con succión moderada como agradecimiento al orgasmo que acababa de ofrecerle y le sacó el tapón del culo, lo cual agradeció Carla.
_ No sean tan confiada perra, voy a aplicarle el mismo lubricante de antes.
Al metérselo de nuevo, el recto de Carla comenzó a arder y ella a mover su culo como queriendo deshacerse del tapón, lo que provocó la risa de la Señora Leti, que pasados unos minutos comenzó a jugar con su culo metiéndole y sacándole el tapón, provocando en Carla una gran desesperación debido al escozor que sentía.
_ Pero Señora, mi Amo sólo permite que se me dilate el culo, no que sea follado.
_ Ja, ja, ja, rio Leti, tu Amo lo que quiere es reventarte él el culo, eso no impide que te lo follemos con medidas inferiores a su polla, durante esta semana serás adiestrada para que sepas dar placer al penetrarte, lo que implica tanto el coño como el culo.
Así que siguió aplicando el castigo hasta que la ordeñadora se paró al alcanzar los 40 minutos de succión.
_ Venga, te llevo a cenar que con tanta dedicación que necesitas te estás librando de realizar las tareas cotidianas.
Capítulo 9
Después de su cena las hembras fueron conducidas al comedor del personal colocándole de nuevo a Carla las esposas en sus tetas y las pinzas con pesas tanto en pezones como en el coño, siendo el centro de todas las miradas bajo la mesa, la rueda de hembras chupando pollas y coños rotaba con más fluidez que nunca.
Cuando pasaron al salón a visualizar un documental como cada noche el Señor Paco ordenó a dos Señoras que se ocuparan de Carla, mientras lamía el coño de una la otra la penetraba con arnés por el coño y así estuvo los 90 minutos de documental, soportando el doloroso escozor que le provocaba la penetración y el va i ben de los 600 gr. extra que colgaban de su cuerpo entre los pezones y el coño.
El resto de hembras fueron conducidas a sus cubículos para dormir, Paco se quedó en la sala con Carla para inyectarle su medicación y ordeñarla, mientras lo hacía hablaba con ella.
_ Has necesitado algún ordeño extra?
_ No Señor.
_ Tranquila, mañana seguro que comienzas a notar los efectos de doblar la medicación y a final de semana vas a desear pasar más tiempo en la ordeñadora que en cualquier otro sitio, comenzarás a notar una gran tensión en tus tetas que sólo se sentirás aliviadas con succión.
Como ves tenemos remedios para todo, incluso hemos anulado tu calentura para poder follarte como un puta sin que sientas nada de placer.
Te habrás dado cuenta que no recibes el mismo tratamiento que tus compañeras verdad?
_ Sí Señor.
_ Debes agradecérselo a tu Amo, tus compañeras reciben un trato básico y el tuyo es premium, las exigencias del Amo Juan son muchas y muy acertadas.
El Señor la llevó a su cubículo, no sin antes ordenarle que se colocara en posición.
_ Abre la boca, vas a necesitar estar bien hidratada para pasar la noche.
Carla se durmió en seguida a pesar del leve escozor que sentía, cuando sobre las cuatro de la mañana una Señora la despertó.
_ Sígueme.
Le ordenó la Señora enganchando una correa a su collar y llevándola a cuatro patas hasta la oficina, era una de las vigilantes.
En la oficina las esperaba un Señor, el otro vigilante. Siempre había dos para poder atender cualquier imprevisto y según le habían comentado ya las compañeras, por la noche abusaban de una de ellas, en la oficina tenían a su disposición una copia de las llaves de los cinturones de castidad, así se les hacía más llevadera la guardia.
_ Por lo que tengo entendido podemos usarla sin riesgo a que se corra, excepto que muy a mi pesar no puedo darle por culo por un tema de tamaño, así que colócate tú un arnés adecuado para ello que yo me la follaré por el coño.
_ Bien, pero mientras tú te aplicas el antídoto déjamela un rato, quiero que me lubrique bien mis dos agujeros.
El antídoto era un aceite que se aplicaban los Señores para evitar que les escociera la polla al entrar en contacto con las vaginas de las hembras tratadas.
_ Vamos perrita, comienzo lamiendo mi coño que después te daré mi culo, me apetece un gran orgasmo y voy a colocarme un arnés triple.
Carla comenzó a despertar lamiendo y tragando los jugos de la Señora, lo hacía lo mejor que sabía pues le daba asco pensar que después tenía que lamerle el culo y creía que cuanto más caliente la pusiera menos tiempo debería estar comiéndoselo.
_ Ahora mi culo perra, sé rápida lamiendo con tu lengua y cada poco intenta penetrarme con ella.
_ Venga, espabila, desde cuándo una perra no sabe lamer? Voy a tener que dar parte, necesitas más adiestramiento.
Como la Señora no quedó muy satisfecha, escogió un arnés de 3,5 de diámetro y 18 cm de largo y lo impregnó con el lubricante especial para asegurarse de castigar debidamente a Carla.
El vigilante se sentó en el sofá empuñando su gran y dura polla.
_ Súbete aquí perra y comienza a cabalgar.
Le dijo agarrándole los pezones para mantenerla quieta mientras la Señora la penetraba por detrás.
Carla notó y reconoció rápidamente el calor que notaba en su culo y antes de que pudiera emitir ningún sonido el Señor le cogió la lengua con sus dedos.
_ No querrás despertar a tus compañeras verdad? cruzándole la cara con dos sonoros bofetones.
_ Si haces ruido te la cruzaré de nuevo, así que mejor aprendes a estar calladita.
_ Sí Señor.
El tiempo pasaba y el escozor era insoportable, Carla estaba siendo penetrada sin piedad por delante y por detrás a la vez que el Señor disfrutaba de sus tetas y chupaba de sus pezones cada vez que quería hasta que a las 6 de la mañana el Señor comenzó a notar que el antídoto dejaba de hacer efecto, llevando a la hembra de nuevo a su cubículo para acabar follándose a la Señora hasta correrse.
Carla no tuvo tiempo de dormirse de nuevo, a las 7 como cada día fue conducida a la letrina para evacuar, cosa que no consiguió, después a la ducha y de nuevo a la sala blanca donde recibió la medicación que le inyectaba el Señor Paco y era conectada a la ordeñadora, mientras la Señora habló con ella.
_ Me han advertido de que no has evacuado, sabes que debes cumplir con unos horarios muy estrictos y que debes hacerlo cada mañana al levantarte verdad perra?
_ Sí Señora, soy consciente, supongo que ha sido por el escozor que he estado sintiendo toda la noche.
_ Eso no me importa o evacuas o deberás someterte de nuevo a una lavativa de limpieza y ya sabes que no es plato de buen gusto, necesitamos que estes limpia para poder follarte con tranquilidad.
_ Sí Señora, lo siento.
_ Para evitar el enema vas a tomar un desayuno líquido, en cuanto acabe de ordeñarte recibirás mi meada y después la leche de dos Señores.
Tan pronto acabó el ordeño, la Señora le colocó las esposas en las tetas, las pinzas con pesas en pezones y labios vaginales.
_ Arrodíllate para recibir mi meada!
Después tuvo que realizar dos mamadas consecutivas, tragando toda la leche que le ofreció cada Señor para completar su desayuno.
La Señora Leti pasó a recogerla llevándosela a una habitación muy bien equipada.
_ Túmbate sobre la camilla y ábrete bien el coño cogiendo una pesa con cada mano, te lo voy a azotar y no quiero oír ni una queja.
Leti comenzó a azotarla suavemente con una paleta y fue aumentando hasta conseguir que Carla comenzara a quejarse.
_ Quiero oír susurros no quejidos, perra. No me obligues a castigarte duramente.
_ Sí Señora.
Contestó Carla dispuesta a tragarse el dolor de los azotes, hasta que de nuevo no pudo evitar soltar un par de aullidos.
_ Bien, date la vuelta y colócate a cuatro sobre la camilla.
Leti pinzó su lengua y le colocó una mordaza tipo bocado.
_ Te voy a aplicar 100 azotes en el culo como castigo, al final acabarás aguantando el dolor sin quejas ya sea por las buenas o por las malas.
La Señora la azotó con contundencia tanto con paleta, látigo y vara haciendo que se balancearan con cada azote las cuatro pesas que llevaba colgando hasta recibir la totalidad del castigo. El culo de Carla quedó espectacular, de un rojo intenso y lleno de marcas.
_ Que bien te ves perra, cuando te vayas te voy a echar de menos y todo.
Le retiró las restricciones de la boca y todas las pinzas y pesas que llevaba y le ordenó que bajara de la camilla mientras ella se colocaba un arnés de 22 x 5 cm, pero esta vez no incorporaba ninguno para sí misma, quería estar atenta a los movimientos de Carla sin ninguna distracción y se tumbó sobre la cama.
_ Hoy vas a practicar cómo complacer a tu Amo estando sentada sobre su polla, si lo haces bien mañana te dejaré practicar con un Señor, aún que ya sabes que con el lubricante de castigo no vas a sentir placer alguno.
_ Señora, podría conectarme antes a la ordeñadora? Estoy sintiendo mucha tensión en mis tetas.
_ No, primero debes realizar tu ejercicio práctico, intentaré aliviarte mientras lo realizas.
_ Venga, coloca tus manos a la espalda y comienza a follar.
Leti estuvo controlando sus movimientos, hacía que se levantara hasta que únicamente le quedara el capullo dentro y que después bajara hasta que los huevos chocaran con su coño una y otra vez a buen ritmo, mientras se deleitaba jugando con sus tetas o azotándoselas con palmadas. Carla estaba exhausta, requería mucho esfuerzo mantener el ritmo que le ordenaba la Señora, no podía sujetarse, debía subir y bajar manteniendo ambas manos en su espalda.
_ Ahora coloca tus manos detrás de la nuca, pon tu espalda bien recta y saca tus tetas tanto como puedas, te las voy a pinzar de nuevo.
Realmente el cuerpo de Carla era todo un espectáculo, sus tetas ya habían crecido notablemente y sus grandes pezones no pasaban desapercibidos para nadie.
Leti la cogió por sus doloridas nalgas y la hacía mover en círculos sobre la polla.
_ Así perra, así, aprieta bien, deja que todo el peso de tu cuerpo recaiga sobre la polla de tu Amo para que sienta el máximo de placer.
_ Ya has recuperado el aliento? Pues venga, vuelve a follarte esta polla con fuerza e imagínate que tu Amo se está corriendo.
_ Sí Señora.
_ No ha estado mal, preguntaré al Señor Paco si le apetece ponerte a prueba esta tarde, así vamos adelantando con tu adiestramiento. Y ahora vamos a la sala de ordeño.
Eran apenas las 11 de la mañana y Carla era conectada a la ordeñada por segunda vez, Leti sabía que lo necesitaba, pues hasta ella se dio cuenta que las tenía muy tensas y duras.
_ Mientras eres ordeñada vas a lamerme el culo, ya sabes que te han abierto un parte por no saber hacerlo, así que venga, tienes 40 minutos por delante para aprender.
Al acabar, Leti la dejó en la cocina para que cumpliera con sus tareas domésticas, no sin antes colocarle todos los accesorios que necesitaba, tetas apretadas con las esposas, pinzas y pesas tanto en pezones como en el coño y bozal de pene para que las Señoras cocineras no la oyeran y se fue en busca del Señor Paco.
_ Paco, tienes un momento?
_ Sí claro Leti, dime.
_ En algunos aspectos la hembra está avanzando muy bien, esta tarde o tú o uno de tus machos podéis probarla haciéndola cabalgar, conmigo se ha portado bien. No creo que tardemos mucho en ver brotar leche de sus tetas, las tiene sensibles y congestionadas.
Pero le cuesta adaptarse al horario de evacuación, que te parece si esta noche la hacemos dormir con un supositorio de glicerina? así quizá evitemos un nuevo enema para mañana.
Además la vigilante nocturna le ha abierto un parte por no saber lamer el culo correctamente, mientras era ordeñada le he ofrecido el mío y ha estado los 40 minutos lamiendo como una perra, creo que ya se ha acostumbrado, pero sería bueno comprobarlo con un Señor, ya sabes, hay pelo.
_ Bien, yo mismo me encargaré, avisa que para la comida me pongan la silla retrete y la pondré a prueba. Como la ves con mucha tensión mamaria después de la comida la llevas de nuevo a la ordeñadora y cuando vengáis al salón haré que cabalgue sobre mí para someterla a examen. En cuanto al tema de evacuar, lo mejor sería hacerla dormir con dos supositorios y un cuarto de litro de suero templado, que duerma incómoda le ayudará a recordar el horario que debe seguir.
_ Y ah! que vuelva a ser ordeñada después de examinarla, antes de la cena y cuando ya se acuesten sus compañeras que pase de nuevo por la ordeñadora.
_ Sí Paco, lo que tu ordenes.
Carla pasó con éxito la comida de culo y se portó como una auténtica amazona follándose la polla del Señor Paco. Agradeció ser ordeñada con frecuencia y pasó una muy mala noche, los retortijones no la dejaron dormir.
Capítulo 10
Al despertar se ponían en fila para ir a evacuar antes de recibir la ducha y Carla era la séptima en la fila habiendo tan sólo cuatro letrinas, por lo que la espera para acceder se le hizo interminable, los supositorios de glicerina habían funcionado y se había pasado la noche con retortijones.
Tan pronto acabó el desayuno pidió ser ordeñada, sus tetas llevaban siete horas sin ser exprimidas y no podía más, necesitaban ser aliviadas. Así que Paco le inyecto la medicación y la dejó conectada a la ordeñadora.
La Señora que estaba vigilando su ordeño le dijo, no te muevas y salió de la sala a toda prisa. A la primera que encontró fue a Leti.
_ Leti, esa perra ha comenzado a dar leche!
La Señora Leti entró en la sala y comprobó que en el tanque había unas gotas de leche.
_ Felicidades perra, por fin veremos como tus tetas se convierten en ubres, voy a avisar a Paco.
Carla ni se había dado cuenta ya que ella no podía ver el tanque.
Cuando llegó Paco a la sala ya estaba hablando por teléfono con Ricardo que le estaba indicando los pasos a seguir a partir de ahora. Ambos estaban gratamente sorprendidos de haber obtenido resultados tan rápidamente, Carla era la octava hembra en recibir este tratamiento en el Centro, el cual habían ido mejorando pero nunca habían obtenido resultados antes de la tercera semana.
_ Leti, dejemos que la Señora se encargue de terminar el ordeño y ven conmigo que te explicaré los cambios en el tratamiento.
En cuanto a medicación Ricardo quiere que por ahora sigamos igual, está claro que funciona y la está tolerando bien.
Referente al sistema de ordeño debemos hacerlo con la ordeñadora tres veces al día (mañana, mediodía y noche), sus mamas a partir de ahora se volverán muy sensibles y es mejor no maltratarlas en exceso, por tanto deberemos utilizar un sacaleches eléctrico convencional, pues hay que guardar y etiquetar a diario la leche para comprobar el aumento de su producción. Con lo bien que ha respondido veo factible que antes de su alta alcance el litro deseado por el Amo Juan, cosa que además dará buena publicidad y prestigio al Centro.
Pero vamos al tema, debe ser ordeñada 20 minutos cada 2 horas con un sacaleches doble, por la noche no puede descansar la noche entera, necesita una extracción que debe ser oral y esa leche no será contabilizada. Yo he pensado en…
_ Un momento Paco, perdona que te interrumpa, a mí me apetece hacerme cargo de sus tetas por la noche, me gustaría que me dejaras llevármela a mi habitación.
_ Ja, ja, yo iba a decirte que como su tutor me haría cargo de ella cada noche, pero si te parece nos la quedamos una noche cada uno, si bien el martes debo hacer gestiones en la ciudad, una de ellas es verme por la tarde con el Amo Juan para informarle sobre suhembra, así que cuando vuelva estaré falto de sexo por lo que vendréis las dos a pasar la noche a mi habitación.
_ Ok, lo que tu digas. Mientras le seguimos aplicando el lubricante de castigo y la hacemos tragar leche y follar a destajo?
_ Sí claro, sin olvidarnos de castigarla cuanto más mejor, debe acostumbrarse, no me imagino que diría el Amo Juan si se la devolvemos dando gritos de dolor cada vez que es azotada.
_ Vale, vale, por mí perfecto.
Carla pasó los siguientes días recibiendo durante el día varias tandas de castigo, alguna de ellas bastante dura pues también se aplicaban a sus tetas ya que eran palmeadas y azotadas sin piedad, provocándole un gran dolor al estar tan sensibles e inflamadas, pero eso es lo que daba más placer tanto a Señoras como a Señores, ya que conseguían que sus tetas gotearan leche sin parar mientras eran castigadas.
Aprendió a montar como una auténtica amazona, siendo capaz de complacer a tres Señores seguidos pues había adquirido una gran resistencia, comió el culo de todas y todos además de sus respectivos coños y pollas, era la hembra preferida de todos ellos.
Cuando se iba a dormir, ya fuera con la Señora Leti o el Señor Paco lo primero que hacían era someterla a su antojo hasta que conseguían relajarse de su duro trabajo y a mitad de la noche era la propia Carla quien los despertaba para que mamaran hasta vaciarle las ubres, pues su tamaño ya era descomunal, al estar acostumbrada a vaciarlos cada 2 horas se le hacía insoportable aguantar 4 horas, principalmente por la mañana, pues hasta después de pasar por la letrina y la ducha no se le colocaba el sacaleches.
El martes después de desayunar Paco marchó a la ciudad y no volvió hasta la hora de la cena. Justo después, llamó a Leti para que se reuniera con él, dejando a Carla en el salón para que como cada noche entretuviera a los compañeros y compañeras.
_ Dime Señor Paco.
_ Le he comentado al Amo Juan todos los avances y lo rápido que hemos conseguido que su hembra estuviera lista, si bien está dando sólo 600 ml de leche y acaba de conseguir dejar atrás la copa C, pero le he informado que para el fin de semana estamos seguros de que ya producirá el litro requerido y la copa D le quedará ajustada.
Obviamente está muy satisfecho y ve innecesario que siga ingresada la próxima semana si es capaz de pasar con éxito una prueba de comportamiento el sábado.
Quiere que sirvamos una cena en el salón privado en la que estaremos, él, tú el Dr. Ricardo y yo, debiendo tener a su hembra preparada para complacernos a todos, ataviada con una capucha de látex sin visión para que no lo reconozca y por tanto él no hablará en ningún momento, desea comprobar cómo se le realizan las extracciones de leche y por supuesto ver como se desenvuelve siendo follada y castigada.
_ Y si pasa la prueba, cuándo se la llevará?
_ Pues el domingo a media mañana, cuando haya podido descansar un poco.
_ Yo lo veo bien, esta hembra nos ha sorprendido a todos con su rapidez en aceptar su nueva condición y su respuesta a la medicación ha sido increíble. ¿Le seguimos aplicando el lubricante de castigo o se la quiere follar a pelo?
_ Ups! Se me olvidaba, mañana será el último día que se le aplique en el culo, en el coño hay que seguir aplicándoselo con normalidad. Y ahora ve a buscarla que os espero en mi habitación.
Leti entró en la habitación del Señor Paco llevando a la hembra atada cual perra, sus enormes ubres casi tocaban al suelo andando a cuatro, la imagen era tan excitante que ordenó a Carla que dieras vueltas a la habitación mientras él ataba a Leti a la cruz.
_ Ven aquí perra, lame el coño de tú Señora. Le dijo Paco pinzándole la lengua lo más adentro que pudo para que Leti pudiera disfrutar al máximo posible.
Mientras Carla obedecía, el Señor Paco comenzó a azotarle el culo con un látigo de 9 colas y cuando Leti disfrutaba demasiado desviaba algún latigazo hacia sus tetas para bajarle la calentura. Carla estaba tan atareada lamiendo coño, que por más azotes que recibía ya no protestaba.
_ Basta de lamer perra, inclínate sobre la cama.
_ Leti, colócate este arnés. No era el arnés habitual, tanto el interior como el exterior eran dos consoladores grandes de 4,5 x 20 cm.
Carla llevaba el tapón en el culo y fue penetrada por la Señora Leti con el arnés en el coño, cuando estuvieron bien enganchadas Paco inclinó a Leti sobre Carla y formando un auténtico trenecito la penetró por el culo, de manera que Leti sería penetrada por ambos agujeros con dos buenas herramientas.
Cada golpe de caderas que daba Paco aumentaba el placer y los gemidos de Leti y acababa retumbando en el coño de Carla.
_ Vamos perras, fijaos como una sola polla puede con dos hembras.
Media hora después la doble penetración que sufría Leti la tenía a punto de caramelo y suplicó al Señor Paco que la dejara correr.
_ Qué poco aguantas zorra, venga córrete!
Y en cuanto lo hizo metió la polla en la boca de Carla.
_ Demuéstrame lo que sabes hacer perrita, te toca tragarte mi leche.
Satisfechos ambos Señores colocaron a Carla el cinturón de castidad y la esposaron al cabecero de la cama, situándose ellos uno a cada lado para que cuando sonara la alarma pudiera cada uno mamar de una ubre hasta vaciarla de leche.
Durante los tres días que faltaban para someter a prueba a Carla sus ubres no pararon de dar leche, el viernes consiguió dar 900 ml. y su tamaño de copa había alcanzado la talla E o lo que es lo mismo, sus tetas sobresalían 22 cm y que siguieran aumentando dependería no sólo de su producción de leche sino también de si su Amo quedaba satisfecho con este tamaño o decidía seguir con la medicación.
A la mañana siguiente el Señor Paco informó a Carla
_ Debido a tu rápida progresión serás sometida mañana sábado por la noche a una prueba de comportamiento, si la pasas correctamente el domingo serás entregada a tu Amo.
Serás sometida a una pequeña orgía en la que deberás obedecer y satisfacer las necesidades de cada participante y obviamente no podrás correrte salvo que se te ordene hacerlo.
Por la tarde dos Señoras se ocuparán de prepararte, serás rasurada, recibirás un enema de limpieza, te bañarán y vestirán para la ocasión.
Espero que no nos hagas quedar mal y te comportes como la perra que eres.
Ahora serás ordeñada y después de la cena te retirarás a la habitación de la Señora Leti, espero que pases una buena noche.
_ Sí Señor, gracias Señor.
Justo acabar la cena, Leti no esperó al visionado del documental y se llevó a Carla de inmediato a su habitación.
_ Sé que el Señor Paco te ha informado de la prueba que debes superar mañana, pero esta noche eres sólo mía y debes complacerme a mí.
Leti no le retiró el cinturón de castidad, no quería arriesgarse a ningún accidente. Así que lo primero que hizo fue palmear las ubres de Carla, disfrutaba cogiéndole un pezón con una mano para apartar esa teta y poder azotar la otra en toda su extensión, pues por el tamaño de sus tetas debía ser meticulosa si quería castigarlas por completo.
Al llevar un cinturón preparado para ello, Leti la puso a cuatro y la penetró por el culo con un arnés de una sola polla, así la tuvo un buen rato y cuando se percató que sentía placer comenzó a azotarla en el trasero con dureza mientras seguía penetrándola, hasta que media hora después se retiró el arnés y le colocó a Carla un bozal con un pene de 10 cm para su boca y otro de 20 cm el cuál debería introducir en el coño de la Señora Leti hasta hacerla correr.
Era la primera vez que Carla utilizaba semejante artilugio, Leti estaba a cuatro sobre la cama y Carla de rodillas en el suelo debía penetrar su coño con el consolador en un imparable va i ben de cabeza que se le estaba haciendo muy pesado, hubiera preferido hacerla correr comiéndole el coño, pero no, la Señora Leti no paró de ordenarle que aumentara su velocidad de penetración hasta que consiguió correrse.
_ Sé que te ha costado, pero de eso se trata, ya te hemos dicho en más de una ocasión que las esclavas estáis para complacer y no nos importa vuestro sufrimiento, sino nuestro placer.
_ Sí Señora, para mí ha sido un placer complacerla con mi sufrimiento.
Acto seguido se acostaron las dos en la cama, no sin antes inclinarse Carla sobre la Señora Leti para permitirle que chupara durante 20 m de cada ubre.
_ Ya pareces más una vaca que una perra, me he cansado de tragar leche y aun así no te las he vaciado, así que te dejaré esposada al cabecero para que no puedas tocarte hasta que de madrugada te ordeñe de nuevo, prepárate para pasar una mala noche, pues dudo que con la tensión que se va a acumular en tus tetas puedas conciliar el sueño.
_ Sí Señora, gracias de nuevo Señora.
Y así fue, a las cuatro de la madrugada Leti despertó y se encontró a Carla despierta y agitada a su lado deseando que sus tetas fueran vaciadas. La colocó a cuatro sobre la cama y esta vez la ordeñó con las manos colocando un cuenco debajo para recoger toda la leche.
_ Vamos perra! necesitabas ser ordeñada verdad? pues venga dame leche, necesito más, mucha más, este va a ser mi desayuno y necesito llenar mi taza.
Leti la ordeñó hasta dejarla seca de ambas ubres y después Carla pudo por fin descansar y dormir hasta las 7 de la mañana.
Capítulo 11
La mañana transcurrió tranquila para Carla, Paco comprobó que sus tetas tenían el rojo adecuado y el culo lo suficientemente marcado como para complacer la vista de su Amo por la tarde, así que no fue castigada de nuevo.
Después de comer le permitieron hacer siesta, la querían descansada para poder aguantar lo que le esperaba.
A las 5 de la tarde fue despertada por las dos Señoras encargadas de prepararla. Lo primero fue aplicarle una lavativa consistente en introducirle dos supositorios de glicerina y dos litros de agua que debió retener durante una hora, lo que le causó fuertes y dolorosos retortijones hasta que no la dejaron evacuar, pero consiguieron su cometido, pues el recto de Carla quedó totalmente limpio y listo para ser usado.
A continuación fue rasurada meticulosamente y bañada en una bañera de agua caliente, no con manguera como era lo habitual. Y antes de colocarle de nuevo el cinturón de castidad le introdujeron un consolador de gran tamaño bien impregnado de lubricante de castigo, la follaron con él más de diez minutos para asegurarse de que su coño se empapara bien y fuera incapaz de disfrutar con las penetraciones que le esperaban.
A las 8 de la tarde, Carla estaba preparada para su gran prueba ataviada con las esposas que oprimían sus tetas llenas de leche, el cinturón de castidad, el tapón en el culo, grilletes preparados en tobillos y muñecas, collar y como no, una capucha con los dos orificios de la nariz y el de la boca pero que le impedía totalmente la visión.
_ A llegado el momento de tu prueba perra. Le dijo el Señor Paco enganchando una correa a su collar y llevándola a cuatro hasta el salón comedor habilitado sólo para ellos.
Obviamente Carla no podía ver nada, pero en el salón se encontraban ya sentados en una mesa redonda su Amo Juan, Ricardo y Leti a la que se unió Paco dejando a Carla debajo de la mesa.
La cara de Juan cuando vio entrar a Carla es imposible de describir, el Centro había conseguido transformar a su esclava en lo que él siempre había deseado, al menos físicamente, sus tetas eran auténticas ubres, los pezones casi rozaban el suelo y eran visiblemente más grandes que cuando comenzó su adiestramiento.
Hay que decir que Carla medía apenas 1,60 de altura y pesaba 50 kg por lo que se le veía un cambio espectacular con sus nuevas medidas.
El pobre de Juan no podía pronunciar palabra para no delatarse, pero si lo hizo Ricardo.
_ Joder! Hemos creado a una auténtica máquina de placer, estás espectacular perra. Le dijo Ricardo.
_ Perra, mientras cenamos debes mostrarnos que eres capaz de ponernos calientes lamiendo y chupando nuestro sexo, ya sabes, dedica media minuto a cada comensal y ve haciendo el rondo las veces que sea necesario. Dijo Paco.
Carla obedeció, sabiendo que entre los comensales estaba Ricardo, pues había reconocido su voz, la de Paco también y no tardó en reconocer a Leti por el sabor de su coño, sin embargo la tercera polla de la mesa la confundía.
Comenzaron a cenar y a hablar entre ellos mientras en la pantalla de la sala se visionaba una película BDSM de gran dureza y a Leti se le ocurrió la idea de colocarle a Carla unos cascos inalámbricos con el volumen muy alto y tras comprobar que no podía oír sus órdenes le dijo a Juan que ya podía conversar tranquilamente con ellos, era injusto que el Amo no pudiera expresar su satisfacción con los logros conseguidos por el Centro con su esclava.
Satisfechos con la cena y sentados en los sillones para degustar un buen Whisky Leti agarró por la correa a Carla y la hizo poner de pie mostrando su espectacular cuerpo sobre el que ya comenzaban a verse gotas de leche resbalando por sus ubres.
_ Esta perra necesita ser vaciada Amo Juan, imagino que querrás probar su leche por primera vez verdad? Dijo Leti retirando las esposas de las tetas de Carla.
_ Por su puesto Leti, dijo Juan incluso algo nervioso.
Juan comenzó a chupar y a tragar como un bebe hambriento, disfrutaba succionando con fuerza para que saliera la mayor cantidad de leche posible hasta cansarse, luego inclinó a Carla sobre la mesa y comenzó a ordeñarla con las manos haciendo que llenara una de las bandejas vacías.
_ Os felicito, habéis conseguido hacer realidad uno de mis mayores sueños.
Ricardo cogió una fusta y aprovechando la posición de Carla comenzó a azotarle el culo. Paco y Leti se miraron con cara de satisfacción al no oír ni un solo grito de dolor, ese objetivo también lo habían conseguido.
Leti comenzó a colocarse uno de sus arnés preferidos, una polla de 5 x 22 con un consolador interior de tan sólo 3,5 x 10 cm con el que castigaría a conciencia el coño de Carla.
_ Amo Juan, espero que me permitas ser la primera en penetrarla, así le activaré el lubricante de castigo para que luego podáis disfrutarla adecuadamente. Dijo Leti.
Y colocándose detrás de ella comenzó a follarla con una brutalidad que Carla no había sentido en anteriores ocasiones, su coño le escocía más que nunca y no pudo evitar emitir algún quejido de dolor que aprovechó Leti para azotarla un poco más en su dolorido culo, mientras Juan observaba como se desenvolvía su esclava bajo presión.
_ Ricardo, sé que te apetece probarla, así que móntala tú ahora y tú Paco métele la polla en la boca, quiero comprobar si es capaz de tragarla toda. Dijo Juan.
Paco se situó de pie delante de Carla metiéndole la polla en la boca y sujetando su cabeza con las manos la obligaba a chupar al ritmo que él quería, mientras Ricardo la penetraba sujetando con una mano la correa que llevaba unida al collar y con la otra le sujetaba ambas manos unidas en la espalda, asegurándose de esta forma mantener el ritmo frenético que él deseaba.
Carla notaba él va i ben de sus pesadas tetas con cada embestida, mientras casi se ahogaba cada vez que Paco mantenía toda la polla dentro de su boca y la hacía permanecer así más tiempo del que ella estaba acostumbrada a soportar, provocándole arcadas y haciéndola babear más que nunca. Obviamente no sabía que su Amo la estaba observando sentado en un sillón, con Leti lamiéndole los huevos mientras él se masturbaba viendo como su esclava era follada sin piedad y tragando por completo una polla del mismo tamaño que la suya.
Así estuvo sufriendo la nueva esclava durante un buen rato hasta que recibió la recompensa de ambos Señores, tragando leche por su boca y su coño a la vez.
_ Gracias Señores. Dijo Carla con un hilo de voz y creyendo que ahí acababa su prueba.
_ Leti, siéntate en el sillón y abre bien las piernas, quiero ver como esta perra te hace correr mientras la enculo.
Juan cogió a Carla y la colocó a cuatro frente a Leti, le retiró el tapón del culo y la penetró con bastante facilidad, la dilatación conseguida en el Centro fue la justa y precisa para poder metérsela notando al mismo tiempo que el culo debía ir abriéndose por la presión que él ejercía, quedándole la polla apretada dentro.
En ese momento Carla comenzó a pensar que la tercera polla probablemente fuera la de su Amo, pues sabía que una de las condiciones de su ingreso en el Centro era que no sería sodomizada por una polla del tamaño de su Amo y esta polla era grande.
Mientras el Amo Juan entraba y salía de su culo sin parar le tenía una mano puesta sobre la cabeza para que no parara de lamer y chupar el coño de Leti, la cual se resistía cuanto podía a correrse hasta que Juan le ordenó que lo hiciera.
Juan se sentó en el sofá, se aplicó el aceite que neutralizaba el escozor del lubricante que impregnaba el coño de Carla y se la sentó sobre su polla.
_ Sólo me falta comprobar si la habéis adiestrado correctamente como amazona. Dijo Juan mirando a Paco y Leti.
Cogió a Carla por la cintura y comenzó a subirla y bajarla para indicarle el ritmo lento que en un principio deseaba, permitiendo que ella se sujetara con las manos en el respaldo del sofá, lo que hacía que sus enormes tetas quedaran sobre su cara haciéndole notar el peso que tenían, así que no tardó en colocarle las manos detrás de la espalda y que fuera ella quien soportara su propio peso, la agarró de nuevo por la cintura y comenzó a subirla y bajarla aumentando notablemente el ritmo hasta que Carla fue capaz de mantenerlo por si sola, lo cual le costaba bastante pues estaba ya agotada.
Juan disfrutaba viendo el constante rebote de sus tetas y a pesar de saber que ella no lo oía, no paraba de animarla a seguir cabalgando mientras de vez en cuando le apretaba los pezones para ver somo salía la leche a borbotones.
Cuando comprobó que Carla estaba exhausta y apenas podía seguir inundó su coño de leche.
_ Gracias A..Señor! Carla iba a decir Amo, pero no quiso jugársela llamando Amo a lo que podía ser un Señor.
Carla acabó rendida tirada sobre la alfombra del salón, tan sólo había sentido algo de placer con la penetración anal ya que su coño estaba inutilizado por el fuerte escozor que sintió durante las penetraciones, le dolían incluso las tetas tras la fuerte cabalgada pues ahora le debían pesar 3 kg cada una, lo que la obligaba a realizar un gran esfuerzo cada vez que debía subir su coño hasta apenas tener dentro el capullo y el rebote que le producía cuando caía sobre los huevos.
Paco ordenó a Leti que la ayudara a levantarse.
_ Llévatela a tu habitación, recuerda que debes ordeñarla ahora y de madrugada.
_ Sí Señor, cuidaré de ella.
Los hombres se quedaron en el salón y mientras se tomaban un whisky Juan agradeció a Paco el espléndido trabajo realizado adiestrando a su esclava y a Ricardo el haber conseguido antes de un mes el enorme cambio físico en sus tetas y la gran producción de leche.
_ El mérito no es mío Juan, hembras como esta hay pocas, has sabido escogerla muy bien y si le haces un buen mantenimiento tendrás una vaca lechera por mucho tiempo, ja, ja, ja. Pues imagino que ya estás satisfecho con el tamaño de sus ubres no? Dijo Ricardo.
_ Sí, sí, por supuesto, además dudo que su cuerpo aguantar más peso.
_ De eso quería hablarte, para que el efecto sea duradero te recomiendo seguir ordeñándola cada 2 horas durante los próximos 6 meses, si te interesa conozco a una Ama que vive cerca de tu casa y podría echarte una mano mientras tu trabajas, al igual que a ti le encantan las ubres lechosas.
_ Sí, podría venirme bien algo de ayuda, pásame su teléfono, pero para la próxima semana me he cogido vacaciones, me la llevo mañana y quiero disfrutar de ella al 100% al menos esta semana.
Mientras, Leti le comunicó a Carla que había superado la prueba y que por tanto a la mañana siguiente sería recogida por su Amo, la noticia la hizo muy feliz, pero estaba tan cansada que prácticamente se estaba durmiendo así que la Señora la dejó permanecer tumbada en la cama mientras le succionaba las tetas hasta vaciárselas. Carla sintió que por primera vez era ordeñada con mimo y disfrutó ofreciendo su leche mientras se dormía en un profundo sueño.
Cuando Carla despertó por la mañana sentía que sus tetas iban a reventar y vio a la Señora Leti sentada en el sillón observándola.
_ Perdón Señora, me he dormido verdad?
_ Sí perra, te he dejado descansar, no quiero que el Amo Juan te saque del Centro agotada, lo debes estar notando en tus ubres no?
Pues Leti no la había ordeñado de madrugada.
_ Sí Señora, parece que me van a reventar, puede ordeñarme?
_ Siempre y cuando te despidas de mí de la manera correcta, sí.
Carla se levantó de la cama y colocándose a cuatro frente a Leti le abrió las piernas y comenzó a lamerle el coño y a jugar con su clítoris como nunca lo había hecho.
_ Así me gusta perra, sigue, siiigue así, ahhh!! Veo que sabes ser agradecida, más rápido perra, mássss.
Cuando Leti se corrió, Carla procedió con cuidado a limpiarle el coño tanto de su saliva como de los jugos expulsados dejándola completamente relajada.
_ Muy bien perra, has aprendido a comportarte como una auténtica esclava, creo que incluso te echaré de menos. Ahora vamos a la sala blanca a vaciarte las tetas con la ordeñadora para que te saque hasta la última gota de leche, pues espero que me des un buen tazón para poder desayunar.
Cuando Carla ya estaba conectada a la ordeñadora apareció el Señor Paco.
_ Espero que no te importe que me tome el desayuno con su leche.
_ Para nada Leti, yo ya he desayunado y he venido a darle el suyo antes de irse.
Paco se sacó la polla del pantalón y la metió en la boca de Carla.
_ Vamos perra, a chupar, te voy a dar tu último desayuno en el Centro.
Desayunada y vaciadas sus tetas Carla fue bañada por una Señora.
_ Inclínate, debo colocarte este plug en el culo, tu Amo quiere que tengas un cómodo viaje de vuelta a Barcelona y debes ponerte este vestido sin ropa interior.
Juan había escogido un vestido de escote cruzado que realzaba todavía más sus enormes tetas y una vaporosa y corta falda que apenas tapaba su culo, junto con unos zapatos de fino tacón y unos 10 cm de alto.
_ Ya estás lista, vámonos al salón que nos esperan. Le dijo la Señora.
En el salón esperaban Juan, Paco y Leti. Carla se colocó enseguida frente a Juan y le dijo.
_ Buenos días Amo, dicen que ya estoy preparada para ser tu esclava.
_ Eso dicen, vamos a comprobarlo perra. Dijo Juan colocándole el último detalle que le faltaba, un collar de cuero.
Juan se despidió de Leti y Paco, el cual le dio una bolsa y se dirigió hacia el coche, Carla se paró frente al maletero, pues creía que era donde iba a viajar.
_ No, hoy vas vestida de puta y por tanto viajarás a mi lado, así podré disfrutar viendo bailar tus ubres por este camino de tierra y baches hasta llegar a la autopista.
FIN